Revista Comunicación

One Mississippi

Publicado el 14 octubre 2016 por Msalieri @CriticasEnSerie
One Mississippi El equilibrio entre comedia y drama es realmente complicado. En este caso, Tig Notaro ha fundido los géneros y le ha salido un "drama amargamente cómico". Es lo que tiene meterse a ficcionar lo está tan cerca de su propia vida, sin ser, dicen, completamente autobiográfica. Creadora, guionista y protagonista, Tig nos ha contado una historia sencilla, muy personal, con buenos momentos cómicos que suavizan todo el drama de fondo. Vamos, que de casi todo se puede hacer comedia.
One Mississippi
2016-
Dark comedy. Así la llaman. Y no es para menos. De primeras, si contamos la trama, nos puede parecer el mayor dramón imaginable: Tig es una locutora de radio que está recuperándose de un cáncer y que vuelve a su pueblo por el fallecimiento inminente de su madre. El planteamiento es para echarse a temblar. Pero nada más lejos de la realidad. A pesar de todo, Tig (sí, el personaje se llama como la actriz) lo lleva bastante bien.

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Tig y Brooke.

En realidad, el viaje de Tig a la casa familiar es una vuelta al pasado, a un mundo que parece que le queda ya muy lejos después de haberse hecho a la vida de la ciudad, pero al que es fácil volver a acostumbrarse. En casa le espera Bill (John Rothman), un padrastro maniático que lleva a su manera la muerte de su esposa; Remy (Noah Harpster, 'Transparent'), un hermano que va a batir el récord mundial de vivir-en-casa-de-los-padres-mientras-pueda; un montón de malos recuerdos que se entremezclan con los buenos y una retahíla de personajes curiosos (el padre biológico, el vecino de enfrente, la periodista, las vecinas de toda la vida, el gato...).

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La despedida.

Y fuera de casa, caras nuevas, como la de Kate, su técnico de radio improvisada, el papel de la que en la vida real es la esposa de la propia Tig, Stephanie Allynne.
Muchos reconoceréis a la actriz que interpreta al personaje de Brooke, la novia intensita de Tig. Es Casey Wilson, una de las protas de 'Happy Endings' y a la que vimos en 'Gone Girl'. Y luego está el personaje de la madre, siempre presente. Tanto que, en ocasiones, lo vemos interactuar casi fantasmalmente con la protagonista en forma de recuerdo vívido/onírico.
La comedia viene sola, por muy dramático que sea el planteamiento de arranque. Tig es así, utiliza el humor para enfrentarse a lo que hay a su alrededor. La rayadas del padrastro, los personajes con los que se va tropezando en su vuelta al pasado, los ligues que se le presentan... No te saca una carcajada, porque no es ese tipo de comedia, pero sí unas cuantas sonrisas cómplices que no son incompatibles con el contexto fúnebre que lo envuelve todo.
En fin, para mí ha sido un regalito para estos días, y espero que le den segunda temporada, porque se ha hecho muy corta la primera entrega. Os dejo el tráiler, que os transmitirá bien el espíritu de la serie.
 

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