Revista Cultura y Ocio

Onomástica Carpetana

Por Pablet
Onomástica CarpetanaLos carpetanos, sus cosas, sus asuntos propios, todo lo que les rodeaba, debían tener unos nombres tan rarillos, que a los delicados y finos oídos de un itálico resonaban como rebuzno de jumento o pollino.
Y a veces se negaban a transcribirlos, y otras escribían lo que les sonaba. Pero en realidad los nombres carpetanos no debían estar tan alejados de la nomenclatura latina.
Y es que ambos proceden del frondoso árbol indoeuropeo.
Onomástica CarpetanaEl dialecto o idioma carpetano es posible que fuese un dialecto del celtíbero, y el celtíbero debió ser una lengua procedente del antiguo celta que quedó fosilizado en la Meseta de la Península Ibérica, mientras que otras lenguas allende los Pirineos progresaban con mayor o menor fortuna. La misma lengua celta, sin ir más lejos.
Los carpetanos, según los estudios epigráficos realizados en estelas romanas, estaban inmersos en el mundo de las gentilidades, y ése es un mundo muy céltico, y por tanto, indoeuropeo.
El carpetano y el latín debían ser primos lejanos, pero muuuuyyyyy lejanos, tanto que no se comprendían nada de nada. De hecho, es posible que un carpetano de Complutum y otro de Toletum tuviesen dificultades para comprenderse, conque con un celtíbero...y con un itálico, ¡para qué les vamos a contar!
Si los itálicos venían con sus trianominas, sus tres nombres (el de pila, el de la familia, clan o gens, y el apodo en función de una característica física), los carpetanos tenían tres también, no iban a ser menos: "Retógenes, hijo de Liticus, de los Consaburenses". Estaban constituidos, por tanto, por un nombre de pila, el "hijo de" y una especie de apodo o de nombre de la gens o clan, con lo que en esencia, no era una onomástica tan diferente de la latina.
Lo que no sabemos exactamente es si el "apellido" (que no la filiación) de los carpetanos correspondía a ciencia cierta a un apodo (de los de los pueblos de toda la vida, como por ejemplo, "Los Cacharreros", que denominaba a una familia así conocida porque seguramente su antepasado común se inició en el noble arte de la venta de cacharrería) o a la gens, clan, familia, de la que procedía el individuo.
Por las epigrafías romanas, conocemos el nombre de varios clanes de la Meseta, y es cierto que muy latinos no suenan: Aelariqum, Arquiocum, Aucaliqum, Boccouriqum, Dagenicum, Elguismiqum, Eturicus, Malugeniqum, Manuciqum, Metturicum, Uloqum, Vacemqum...
En tiempo de los romanos, la onomástica carpetana primitiva se había latinizado, llegando algunos individuos a poseer los tres nombres, por aquello de ser más papistas que el Papa. Otros mantuvieron la gentilidad, puesto que debieron ser más reticentes a las moderneces que representaban los romanos.
Por ejemplo, en Manzanares el Real (Madrid), una estela funeraria todavía citaba a un individuo con su onomástica céltica: "Monis, hijo de Allonis, del clan de los Bocouricanos, de 30 años". En cambio, en otra inscripción de Talamanca del Jarama, podemos transcribir: "Caius Aburius Lupus cumplió gustosamente su voto". Dos formas diferentes de nombrar a una persona, pero igual de eficaces, obviamente.
http://www.rutasconhistoria.es/articulos/quienes-eran-los-carpetanos

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