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Operación Antropoide. La muerte de Reinhard Heydrich

Publicado el 30 marzo 2016 por Tras La Nube De Oort @BlogNubeDeOort

Había que asesinar a Heydrich y desestabilizar así el régimen nazi de Checoslovaquia. Ese era el objetivo elegido por Churchill, el Departamento de Inteligencia del Ministerio de Defensa británico, la Dirección de Operaciones Especiales británica (SOE) y Edvard Benes, el presidente checo exiliado en el Reino Unido.

Reinhard Heydrich

Reinhard Heydrich, la bestia rubia, el verdugo, el carnicero de Praga... Un Hombre leal al régimen nazi y muy competente. Fue director de la Gestapo y de la Oficina Central de Seguridad del Reich, ostentó el cargo de SS Obergruppenführer und General der Polizei y fue nombrado Reichsprotektor de Bohemia y Moravia. También es conocido por ser uno de los arquitectos de la solución final.

En 1941 Heydrich había sido nombrado Reichsprotektor de Bohemia y Moravia, sustituyendo a Von Neurath que estaba obteniendo resultados nefastos con su gestión.

Al tomar el control, Heydrich actuó con mano muy dura y represora contra la resistencia checa, los saboteadores y elementos subversivos que actuaban contra el régimen nazi.

Pero en cambio con los obreros y la población que en general participaba en la producción y también a sus familias, les concedió unos beneficios laborales y una política social que produjo una conformidad de la población con el régimen nazi de Heydrich. Todo esto a cambio de una producción militar beneficiosa y eficiente para la maquinaria bélica nazi.

Por supuesto, los aliados no podían permitir esta situación y se decidieron a actuar, elaborando los británicos y el gobierno checo en el exilio un plan para matar a Heydrich. De esta forma acabarían con él, pero también provocarían que los nazis enfurecidos iniciarían una brutal represión contra los checos provocando que estos se volverían en su contra otra vez.

La Operación Antropoide

En 1941, grupos de paracaidistas checoslovacos, con la ayuda logística de Gran Bretaña, fueron lanzados sobre el Protectorado de Bohemia y Moravia. Sus misiones eran varias: continuar con los sabotajes, ayudar a la maltrecha resistencia checa, restablecer las comunicaciones de radio entre la resistencia y el exterior, y la que nos ocupa en este artículo, asesinar a Reinhard Heydrich. Los encargados de esta misión eran Jozef Gabcík y Jan Kubis.

La noche del 28 de Diciembre de 1941, Gabcík y Kubis se lanzaron en paracaídas desde un bombardero Halifax de la RAF. Una vez en tierra firme contactaron con la resistencia y con Karel Curda, otro miembro de las fuerzas checas en el exilio que también había sido enviado de vuelta al país. Curda posteriormente tendría un papel importante en la historia que nos acontece.

Se estudiaron las costumbres y hábitos de movimiento de Heydrich. Este siempre usaba la misma ruta para ir desde el castillo de Jungfern Breschan, donde vivía con su mujer e hijos, hasta sus oficinas, además utilizaba un Mercedes Benz 320 descapotable y solo llevaba como escolta a su chófer, el sub oficial Klein. Casi siempre llevaba los mismos horarios.

El plan no tenía mucho misterio, esperarían en el camino a Heydrich, concretamente en una curva donde el Mercedes aminoraría su velocidad, y allí le asaltarían. La mañana del 27 de Mayo de 1942 fue la elegida para atacar a Heydrich. Gabcík portaría un subfusil Sten y Kubis una granada de mano, Valcik, otro compañero, les avisaría mediante señales con un espejo.

Cuando llegó el momento, el coche de Heydrich se retrasó un poco de su horario habitual, lo que puso nerviosos a los checos.

Pero finalmente el Mercedes llega y reduce la velocidad para tomar la curva, momento en el que Gabcík sale al paso para dispararles, pero el arma se le encasquilla. Gabcík lanza el Sten y sale corriendo, Heydrich y el sub oficial Klein sacan sus armas y disparan sin alcanzarle. Entonces Kubis lanza su granada que hace explosión hiriendo a Heydrich. Kubis logra huir bajo los disparos de Klein.

Heydrich es llevado al hospital, incluso entra por su propio pie. Tiene varias costillas rotas, la pleura perforada y varias esquirlas incrustadas con restos de la tapicería. Heydrich se niega a ser atendido por médicos checos y exige ser tratado por un médico alemán.

Tras la operación Heydrich quedó en coma, murió de septicemia el 4 de Junio de 1942.

Tras el atentado

Heydrich fue enterrado en Alemania con todos los honores. Por supuesto las represalias no se hicieron esperar. El primer elegido para la represión es el pueblo de Lídice y posteriormente Lezáky donde se cometieron auténticas masacres, ejecuciones, deportaciones a campos de concentración y muchos niños fueron trasladados a Alemania para su germanización, otros fueron asesinados.

Pero retomando el tema que nos ocupa, volvamos a Praga, donde Gabcík, Kubis y otros cinco compañeros suyos encuentran refugio en la iglesia de los santos Cirilo y Metodio, al amparo del obispo Gorazd.

La Gestapo ya estaba realizando su trabajo. Pero Karel Curda, que se encontraba escondido en otro sitio, tras la ola de brutal represión y asesinatos, y pensando que si encontraban a los culpables los nazis detendrían sus represalias, delata a las personas que saben donde se encuentran los paracaidistas. Posteriormente Curda es recompensado por los nazis monetariamente de manera muy generosa por su traición y delación.

La Gestapo comenzó con sus redadas, detenciones y torturas para encontrar el sitio donde se ocultaban los asesinos de Heydrich. Por fin consiguieron su objetivo y ubicaron a los paracaidistas en la iglesia de los santos Cirilo y Metodio, en la calle Resslova en Praga.

Los nazis cercan la iglesia y los alrededores, más de 800 hombres de las SS y la Gestapo son los encargados de tratar de detener a los paracaidistas.

Al entrar a la iglesia los checos abren fuego, que es respondido por los alemanes. Kubis y Opalka (otro paracaidista) son heridos, el primero muere por hemorragia y el segundo se suicida antes de caer en manos de los nazis.

Otro de los que estaba defendiendo la iglesia, llamado Josef Bublik también acaba suicidándose.

Los otros cuatro se esconden en la cripta, de difícil acceso. Los nazis prueban con granadas y gas lacrimógeno, e incluso, con la colaboración de los bomberos, inundan con grandes cantidades de agua la cripta. Pero los defensores responden con lluvias de balas y resistencia.

Los nazis descubren otra entrada a los subterráneos y entonces se libra una lucha brutal, que solo la muerte podrá detener. Tras mucho tiempo de defensa y aguante, y ya casi sin munición los checos acaban suicidándose, ninguno se entregaría.

El obispo Gorazd que había ayudado y ocultado a los paracaidistas, fue detenido, torturado y ejecutado.

Este suceso y sus consecuencias cambió la relación de los checos con los nazis, tornándola muy complicada. La muerte de Heydrich costó miles de vidas checas.

Por supuesto el gobierno británico negó su implicación directa en la planificación de la operación, solo admitió su ayuda en la parte logística y de entrenamiento de los agentes checos.

Fuentes:

BBC.com

radio.cz (Radio Praga- emisión en español)

exordio.com

es.wikipedia.org


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