Revista Cine

[Opinión] Glee, una season finale tan absurda como sosa

Publicado el 10 mayo 2013 por Despiram @FrikArteWeb

La cuarta temporada de Glee ha finalizado, y es algo que no le importa practicamente a nadie, y a veces parece que ni a los propios encargados de la serie les importa, al menos, no del modo del principio. Como dije anteriormente, la Glee de ahora, no es la de antes, y lo mejor que pueden hacer es asumirlo definitivamente, y dejarse llevar por los momentos absurdos, por las actuaciones divertidas, y por la caricatura y autocrítica, la parte emocional ya no existe, a nadie le importa el futuro de Brittany, la traición a Rylan o el porvenir de Rachel.

Sin entretenerme más, voy a repasar las que han sido todas las tramas del episodio, obviamente, con spoilers, que si no queréis saber, os recomendaría no leer a partir de aquí.

Brittany y Santana

Brittany: Descubrimos que la que pensamos que no tenía más de 2 neuronas, es la mente más brillante desde Einstein, y ha sido solicitada en la MIT con urgencia, lo que le hace colapsar y volverse insoportable (no nos engañemos, Brittany no es buena persona, ni nunca lo ha sido).

Lo mejor: Fondue for two, su videoblog, en el que de vez en cuando dice lo que todos pensamos, como que a nadie le importa la relación que tienen Will y Sue Sylvester ahora mismo. Y Santana. Siempre Santana.

Lo peor: El personaje de Brittany no sirve como compomente emocional. No. Si alguna vez funcionó, no fue por ella, fue por Santana.

Catfish de Rylan

Rylan y el catfish: Una de las tramas más locas de toda la temporada, y que pudo tener su cumbre en el episodio del tiroteo, ha acabado de la manera más descafeinada posible, desvelándose Unique como la persona detrás de Kitty, algo que gente como Jake y Marley ya sabían. Digamos que Rylan no se sintió muy cómodo con el hecho de que jugaran con él, aunque Unique dijera que todo lo dicho, menos lo de mentir con quien era, era real.

Lo mejor: El incómodo momento en el que Rylan se vuelve loco y empieza a pegar golpes a todo en el Glee club… con un Will que permanece impasible.

Lo peor: Que no hayan llevado esta trama más allá, a algo más grandilocuente.

Blaine y Kurt

Blaine y Kurt: Parece ser que toda la conversación entre el padre de Kurt y Blaine sobre el matrimonio no sirvió absolutamente para nada, pues Blaine, cabezón e inconsciente como el sólo, sigue empeñado en pedirle matrimonio a Kurt. Tanto que va a una joyería con su creepy-amiga Tina y su BFF Sam, para comprar el anillo de compromiso, donde establece amistad con la la anciana dependiente del establecimiento, de la manera tan random en la que suceden las cosas en esta serie, y acaban en una cita doble, Kurt y Blaine, y la anciana con su novia de toda la vida. Al final, se ve que Blaine quiere pedirle matrimonio a Kurt.

Lo mejor: Esta trama es un ejemplo perfecto del “porque si”, que tanto emplea Glee.

Lo peor: El sinsentido que es Blaine.

Will y Emma

Will y Emma: De repente, se casan. Si, esa es su trama. Nada más.

Lo mejor: Que con un poco de suerte, se dejan de marear la perdiz con esto.

Lo peor: Debe ser la boda más cutre y carente de emoción de la historia.

Rachel y su callback

Rachel y su callback: Canción de Celine Dion (¿¡Por qué me torturáis?!) y nadie sabe que más pasó.

Lo mejor: Que sólo canto una vez Celine Dion.

Lo peor: Que cantó Celine Dion.

Regionals: Si, señores, lo en teoría importante de las finales de Glee son los regionals, y aquí, aunque no han sido desagradables, han sido los más descafeinados hasta la fecha. Ni los rivales nos importan, ni las actuaciones son memorables, aunque sean entretenidas. Ah, ganaron y eso, ahora a los nationals. Yuhu. Me emociona e interesa, porque se han esforzado mucho… No.

Lo mejor: Hall of fame, I love it y que hubo canción de Los Muppets, y todo mejora con Muppets.

Lo peor: Jessica Sanchez, no la soportaba en Idol, no la soporto en Glee. Aunque es curioso que cantara una canción de un grupo (Little Mix) que salió de otro reality, X Factor UK.

Y hasta aquí la cuarta temporada de Glee. En la que he aprendido a verla de un modo superficial, de entretenimiento loco y tramas sin sentido. Puede parecer que no me gusta, pero no es así, no me suelo aburrir (a no ser que hagan episodios tan sosos como el dedicado a Stevie Wonder), y si se dejan llevar por las tramas más disparatadas y aparecen diálogos autoconscientes, es incluso una serie que me da 40 minutos de entretenimiento superficial.


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