Revista Cine

Opinión, Once Upon A Time, 2ª temporada: Mucho lío y poca magia

Publicado el 20 mayo 2013 por Despiram @FrikArteWeb

No hay duda de que Once Upon a Time y Revenge fueron dos de las sorpresas más positivas de la temporada 2011/2012, y cuando la ABC decidió emparejarlas en la cada vez más competitiva noche del domingo, estaba poniendo todo en el asador, quería que los cuentos y las venganzas de los Hamptons fueran los nuevos pesos pesados de la cadena, base sobre la que construir el resto de su programación y nueva imagen de marca… el problema es que no ha funcionado tan bien como creerían  Las audiencias cada semana más bajas y la calidad de la que aquí nos ocupa, Once upon a time, no ha llegado a todo lo que podría haber llegado a ser. Que no es que antes fuera una maravilla impecable, pero el problema, y me vais a permitir el juego fácil de palabras, es que en esta segunda temporada, Once upon a time ha perdido parte de su magia.

La temporada comenzó con precisamente lo contrario, la llegada de la magia a Storybrooke, en forma de una niebla morada, que hacía que todos los personajes recordaran quienes eran, algo que no han sabido aprovechar de un modo adecuado. No hemos visto a los secundarios explotar ese conocimiento, ni las relaciones familiares extrañas entre Snow, Charming y Emma se han caracterizado por, como las cebollas, tener muchas capas, sino que lo único que se fue añadiendo a este tema a medida que pasaba la temporada, eran variables a la ecuación, en forma de más lazos familiares con otros personajes, de un modo que yo personalmente, no sería capaz de dibujar un árbol genealógico ahora mismo. Hubiera preferido menos giros dramáticos, menos cambios de postura de personajes como Regina o Rumpelstinkin, un avance más lento y menos superficial. Quisiera entender las motivaciones de personajes, y no que cada episodio piensen de un modo diferente.

Ruby (Meghan Ory)

Otro de los elementos con los que contaba OUAT en su primera temporada y he echado en falta, ha sido la presencia de los cuentos. Esos flashbacks del estilo al primero de Bella o de Caperucita, incluso los episodios más “autoconclusivos” como el de Cenicienta o Hansel y Gretel, aportaban esa magia que he notado ausente en la serie, y el giro que daban a las historias que todos conocemos, conseguía ser coherente y una pequeña sorpresa para el espectador. No pierdo la esperanza, pues en sus dos últimos episodios, con la historia del pasado de Neal/Bae y Nuncajamás, se ha recuperado el aspecto de la serie que la hizo ganarse los corazones de muchos de nosotros.

Y por este lado va lo que considero más positivo de esta segunda temporada, dos personajes que provienen de un pasado común, y cuyas historias son de lo más salvable de la temporada. En primer lugar, Hook, que llega a Storybrooke junto a Cora para vengarse de Rumpelstinkin, y que camina por la fina linea de la ambigüedad, siendo a veces bueno, a veces malo. No conocemos aún mucho de su verdadero yo, más allá del flashback en el que conocemos su relación con Rumpel, pero ha sido de los personajes nuevos que han introducido, uno de los que “menos mal” me han parecido. Y en segundo lugar, el personaje que me ha parecido el mayor acierto, y en parte es porque creo que es un actor bastante decente (en comparación al escaso nivel actoral que tiene la serie), es Neal/Bae (Michael Raymond-James), hijo de Rumpelstinkin, exnovio de Emma Swan y padre de Henry. Tanto su pasado en Nueva York, como su infancia perdida en Nuncajamás, son dos tramas que me han interesado bastante, y convencido en su desarrollo, y el actor tiene carisma suficiente para que te creas minimamente su papel de padre desaparecido y antigua pareja de Emma.

Neal/Baelfire (Michael Raymond-James)

No se puede decir lo mismo de otros personajes nuevos que ha introducido la serie, como Mulán y Aurora, cuyo principal interés era y será esa relación homosexual que se intuye en el ambiente (al igual que la que mucho fandom afirma que mantienen Emma y Regina), o esos dos extranjeros, Tamara y Greg, que aparecen en Storybrooke y se convierten en la principal (y aburrida) amenaza de la recta final de la temporada. Simplemente, son personajes fallidos.

¿Qué podemos esperar en la tercera temporada? Pues al menos, un soplo de aire fresco, alejándonos de las limitaciones de Storybrooke y embarcándonos, nunca mejor dicho, a la aventura en las tierras mágicas, de una vez por todas. No ha sido una buena segunda temporada, pero en cierto modo, no lo he pasado tan mal viéndola, así que aquí seguiré el año que viene.


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