[Opinión] Segunda temporada de Scandal: De escándalo en escándalo

¡Qué tendrá Scandal que engancha tanto! Por lo pronto algo interesante que contar y no, no hablo de ese amor “prohibido” entre Olivia Pope (Kerry Washington) y el presidente Fitzgerald Grant (Tony Goldwyn) que de vez en cuando parece una tragedia griega, sino de la subtrama política sobre la que hay giros y más giros y que más de una vez me deja boquiabierta.

Su parte culebronesca tiene. Esa relación que ya he mencionado y que, particularmente, me aburre un poco, no es que sea inverosímil es que episodio sí, y episodio también vemos cambiar el semblante de la protagonista cuando su amor está cerca. Olivia Pope es, en sus palabras, la gladiadora de su equipo (que alguien me explique esto de los gladiadores, de todas formas, que muy bien no lo he captado), pero cuando se trata de “su hombre” se convierte en una colegiala a la que le importa un bledo todo lo demás y que pierde la seguridad que le caracteriza y hasta la mala leche.

Porque, Olivia Pope tiene muy mala leche, es una borde y comete muchas acciones reprochables. Es muy inteligente sí, pero a veces no piensa en claro y se traga todos sus problemas sin compartirlos con nadie porque no parece confiar en demasiada gente.

Pero en una serie como Scandal nadie está libre de pecado porque todos, absolutamente, son imperfectos y el poder ha corrompido a muchos. Claro que  con todo lo de Defiance…

Y ahora es cuando llegan los spoilers sobre la segunda temporada.

Resulta que Fitz no ganó las elecciones limpiamente sin que sus más estrechos colaboradores, entre los que estaban Olivia, Cyrus (Jeff Perry) y hasta su mujer  Mellie (Bellamy Young), hicieron que en Defiance, Ohio, hubiera un amaño y ganar allí hiciera que Grant se convirtiera en presidente de Estados Unidos.

Parte de la temporada, con algún caso episódico por en medio, los esfuerzos de quienes no querían que el secreto se revelase fueron en ir contra el empresario Hollis Doyle (Gregg Henry). Pero en Scandal, como ya pasara en la primera y cortísima temporada, los casos episódicos se dejaron de lado para dar carpetazo a la historia de Defiance.

Claro que, el secreto no iba a estar a salvo cuando un topo empezó a filtrar información y a acabar con la vida de alguna persona importante y a amenazar la de otras. Un topo que estaba fuera de juego desde el final de la primera temporada y que fue sorprendente verle de nuevo: Billy Chambers (Matt Letscher). De verdad os digo que pensaba que el topo iba a ser Mellie a pesar de ir contra sus propios intereses.

Amaño de elecciones, un topo y ¿qué más? Unos cuantos espías -brillante el episodio en el que los espías conocidos de Huck (Guillermo Díaz) acaban en la oficina de Pope y Asociados- para asesinar o vigilar a alguno de los protagonistas. Claro que siendo el padre de Olivia, como bien nos dice ella misma al final, el jefe de todos ellos ¿iba a cargarse a su propia hija? ¿O sabía que Jake (Scott Foley) no podría cumplir su misión de cogerla y quería quitárselo de en medio? Seguro que el señor Pope da mucho juego durante la tercera entrega.

Fin de los spoilers.

Me gustó la primera y breve entrega, me ha gustado bastante la segunda y espero con ganas la tercera. Olivia Pope no me cae bien, me da igual que acabe con Fitz o no porque son unos petardos pero como tramas políticas enrevesadas (muy enrevesadas) Scandal no tiene precio. Además, me encanta Cyrus Beene, ese tipo que dice dirigir el mundo y al que le gustaría ocupar el sillón que ocupa su jefe y que juega con su marido según mejor le vaya para sus propios intereses y que sería capaz de hacer que mataran a cualquiera por ellos.

Por cierto, la nueva Quinn Perkins (Katie Lowes), o debería llamarla Lindsay, me gusta pero que la vigilen de cerca porque a psicópata puede que no la gane nadie.