[Opinión] Titanic, la miniserie de 2012

[Opinión] Titanic, la miniserie de 2012

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Amaia Ceinos 26 julio, 2014 0

El centenario del hundimiento del Titanic, el supuestamente insumergible trasatlántico que partió del puerto inglés de Southampton el 10 de abril de 1912 chocando con un iceberg el 14 de abril en aguas del Atlántico cuando le quedaban unas horas de travesía hasta su destino, Nueva York, trajo una nueva obra audiovisual sobre su historia, una miniserie de cuatro episodios escrita por Julian Fellowes, ganador del Oscar por su guión del filme Gosford Park y ganador del Emmy y del Globo de Oro por la serie Downton Abbey.

Es una de esas cosas pendientes que tenía para ver y un par de años después de su estreno, en España la emitió Antena 3, ya puedo tacharla de mi lista.

En sus tres horas de duración repartidas, como decía, en cuatro episodios, Titanic arranca con la construcción del trasatlántico en Belfast, propiedad de la White Star Line. Se va presentando a los personajes, ya sean los pasajeros de primera, segunda o tercera clase, así como a la tripulación y a quienes algo tenían que ver con el barco, ya fuera el cabeza visible de la compañía o su constructor.

Se agradece el contexto histórico en el que nos sumerge Fellowes acerca de la problemática irlandesa entre católicos y protestantes así como esas primeras muestras críticas en lo referente al barco a cuenta de la falta de botes salvavidas para las más de dos mil personas que cabían en él, y de que el número que llevaban era el aceptado por la ley.

Y así nos adentramos en el barco, en la vida en él de unos y otros y en la lucha de clases, una lucha que incluso se da entre los de primera porque ni los pasajeros estadounidenses son como los británicos ni todos los millonarios igual. Hay historias familiares, secretos, amores que surgen… Y al final del segundo episodio aparece el iceberg. No todos estaban de acuerdo con la orden del capitán de acelerar los motores para llegar antes a Nueva York, y pasó lo que pasó. El barco chocó sin poder evitarlo a causa de la velocidad y los compartimentos empezaron a inundarse.

Así, básicamente la segunda mitad de Titanic narra los momentos de pánico, carreras y organización de la tripulación que intentaba llenar los botes salvavidas según les habían dicho, así como la rebeldía de quienes creyeron que no era justo que por ser de una clase o de otra, se pudieran montar antes o después. Hubo héroes, hubo cobardes pero sobre todo hubo muchas víctimas en un accidente que cambió las leyes de navegación.

Mentiría si dijera que Titanic tiene escenas espectaculares porque no las tiene, para eso ya tenemos el filme del mismo título dirigido por James Cameron en 1997. Se nota algunos efectos visuales, sí, pero está bien hecha. La historia no nos presenta nada nuevo si hemos visto algún producto audiovisual anterior sobre lo mismo, visto exposiciones o leído sobre el barco, así que lo interesante estaba en ver a los personajes protagonistas. No es que los haya interesantes, lo cierto es que a mí al menos no es que me llamaran la atención en general, de hecho destaco al matrimonio al que interpretan Toby Jones y Maria Doyle Kennedy, pasajeros de segunda clase que tenían el mejor diálogo de todos.

Por lo demás, puede llamar la atención más la historia de amor de dos de los trabajadores del servicio del barco, las puyas de algunas mujeres de primera a otra de la misma clase, o algunas cosas de los de tercera. Pero lo mejor de la miniserie es sin duda esa parte en la que el barco ya se va a hundir y todos son conscientes de ellos y cómo hay gente que se arriesga para tratar de salvar a otros además de ese breve tono crítico que adquiere de vez en cuando.

Se deja ver, como digo está bien hecha pero le falta algo, que como espectadores nos de por preocuparnos por esas personas y su futuro y en eso para mí falla. Aunque, tocarla fibra sensible, la toca.

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