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Ordeno y mando. Amélie Nothomb

Publicado el 16 octubre 2010 por Carmina
Ordeno y mando. Amélie Nothomb
Es indudable que Amélie Nothomb con sus novelas no deja indiferente a nadie. Su estilo es muy personal con una ironía y un cinismo muy marcado, casi siempre esconde una denuncia social y es capaz de con una sonrisa en los labios hablarte de casi cualquier tema.
Me inicié con esta autora gracias a Bibliolandía, mi primer libro fue Estupor y Temblores y una vez superé el tema principal, que no es otro que el bulling empresarial, fui capaz de reírme, porque en esta autora tan importante es lo que cuenta, como la forma en que lo cuenta. Después leí Cosmética del enemigo, que me gustó por la forma en que obsesivamente me fue poniendo en la piel del protagonista, pero no me llegó a calar tanto como el primero. A este le siguió Higiene del asesino, que todavía no he terminado de leer, y que consiguió que odiará a su personaje principal, sin duda esta mujer tiene una habilidad especial y hace que tengamos filing con sus personajes o que simplemente los odiemos. Sabía que volvería a leer algo de ella y la ocasión se pinto calva en mi última visita a la biblioteca, allí estaba su última novela Ordeno y mando.
Una vez leída tengo que reconocer que para mi su mejor novela sigue siendo Estupor y temblores, a esta le falta un algo, es como si al final tuviera prisa por terminar sus novelas, como si le pusieran un límite de páginas, no termina de convencerme, y aún así sé que la Nothomb volverá a ser una de mis lecturas. La mayoría de sus fans esperaran una novela de más páginas, aunque creo que el éxito de esta escritora belga nacida en Japón es precisamente la brevedad de sus libros, que se pueden leer en una sentada con una amplia sonrisa en la boca.
Baptiste Bordave es un funcionario gris y anodino, con una vida social bastante limitada y un poco acomodaticio. En una de esas fiestas a las que no sabe muy bien porque asiste, se encuentra una persona si cabe mas asocial que él. La conversación sigue un derrotero insospechado y el desconocido le advierte de que si alguien muere en su casa no llame a la policía, si no que lo meta en un taxi y lo lleve a un hospital… Lo improbable del asunto hace que Bordave se lo tome un poco a broma. Sin embargo al día siguiente un desconocido llama a su puerta, le cuenta que se le ha averiado el coche y que necesita hacer una llamada telefónica y cae tendido en su salón. La conversación de la noche anterior le sacude de forma violenta y se inicia una lucha interior en el personaje, que no sabe muy bien que camino tomar. Al final toma el más fácil, usurpar la identidad del cadáver. Para ello sube a su coche, conduce hasta su mansión y poco a poco va ganándose a su esposa, una mujer sin nombre a la que él llama Sigrid. Desde ese momento nada en la opulencia, la apatía se apodera de él, y su vida se reduce a comer y dormir… hasta que se ven obligados a dejar este tipo de vida y comenzar otra no menos ventajosa.
El acierto de esta escritora supongo que en esta novela ha sido contarnos un cuento sin moraleja en la que la falta de escrúpulos lleva a una persona a tener una segunda oportunidad, y quién no puede tenerla, quizás no de forma tan sencilla, pero todos podemos ser capaces de cambiar en mayor o menor medida nuestras vidas. Al mismo tiempo hay una crítica velada a la forma de desperdiciar esa segunda oportunidad, nadando en la opulencia de una piscina helada de botellas de champán. Sin embargo ese canto a la anorexia no se si velado o expreso, de las manos de la esbelta y guapa Sigrid no me ha gustado nada. Creo que es un problema bastante arraigado en la sociedad como para una escritora de tanto éxito tenerlo tan presente en una novela. Aunque la comida o la falta de ella parece ser una constante en sus obras.
Se trata de una falsa novela negra, en la que encontramos un cadáver, cuya muerte es como mínimo sospechosa, y unos mafiosos que persiguen a nuestra pareja, pero todo ello muy difuso, puesto que no es lo más importante. La huida de la casa y su posterior llegada a Suecia y los acontecimientos que allí se desarrollan me han parecido un poco traídos por los pelos, aún así la novela se sigue leyendo con interés, y esa critica velada al mundo de los bancos me ha parecido aunque poco desarrollada magistral.
No es su mejor novela pero no deja de ser un claro ejemplo de la prosa de Amélie Nothomb que te atrapa en sus letras y casi siempre te deja con ganas de más.

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