Revista Cine

Orígenes: impropiedad genérica.

Publicado el 06 noviembre 2014 por Maresssss @cineyear
Publicado en opinamos / por / el 6 noviembre, 2014 a las 4:47 pm /

Respaldada por el premio a la mejor película del festival de Sitges llega a nuestras carteleras ‘Orígenes’, o cómo Michael Pitt se pone unas gafas para convertirse en científico mientras saca su atuendo de la película ‘Soñadores’. Bromas aparte, ‘Orígenes’ constituye el enésimo ejemplo de cómo la industria pretende llamar ‘ciencia ficción’ a lo que no lo es. A priori, esta cuestión puede parecer algo quisquillosa, y realmente no tiene nada que ver con si la película es buena o no; sin embargo, esa errónea definición produce un efecto un tanto decepcionante cuando llegan los títulos finales.

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Yendo por partes, ‘Orígenes’ funciona a la perfección dentro de ese cine proveniente de Hollywood basado en una historia con ‘base científica’ en la cual suceden asuntos que ponen en tela de juicio a la propia ciencia. A mi cabeza vienen películas como ‘Dragonfly’ o ‘La última profecía‘ por poner dos ejemplos. Este tipo de historias son un arma de doble filo dependiendo de cómo te las tomes. Alguno pensará que el cine es para desconectar y pasar el rato; otros dirán que el cine es un arte y hay que buscar esa esencia en las películas. Ambos casos son válidos y es por ello que esta falsa historia de ciencia ficción gustará a muchos y será indiferente a otros.

De cualquier modo, el director y guionista Mike Cahill ha orquestado una obra que funciona bien aunque diste de ser una gran película. El entretenimiento está asegurado aunque la trascendencia de lo que cuenta quede lapidada por unos giros un tanto facilones y previsibles que sin embargo no merman el ritmo de la historia. Por su parte, el trabajo de los actores es solvente aunque nada destacable: cumplen su rol, pero el título de la reseña y la cuestión de la definición—que ya he sacado a relucir un par de veces— es en lo que querría pararme un poco.

De acuerdo que la ciencia ficción no tiene porque ser ‘2001’ y nada más, pero ojo, no se debería llamar tal a una película por el simple hecho de que haya un trasfondo ‘científico’ que además y de manera bastante tramposa, se mezcla con cuestiones espirituales y religiosas. En mi opinión, sería más correcto la definición de ‘fantástico’ ya que la historia pasa de lo uno a lo otro a mitad de metraje cayendo en todas las fallas de las que adolecen este tipo de películas al plantear cuestiones existenciales demasiado grandes que al final resuelven de la manera más simplona y ‘cinematográfica’ posible, causando una sensación de haber asistido a un gran planteamiento cuyo desenlace causa que la historia vaya al fondo de nuestra indiferencia.

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