Revista Cultura y Ocio

Ornamento y delito: La indiferencia no es una opción

Publicado el 01 diciembre 2010 por Sextohombredigital

Ornamento y delito: la indiferencia no es una opción
Con 2010 tocando a su fin, uno echa una mirada retrospectiva a su (infinita) biblioteca de iTunes y se encuentra con un sinfín de discos que suenan bien (ese bonito eufemismo para decir que no es malo, pero tampoco bueno) pero no apetece escuchar, o bien uno no sabe ni por qué están ahí. La calidad, por supuesto, no hay que buscarla: está en tu cabeza. Y en el iPod (desde el primer día).
Cuando Nacho Vegas anunció su marcha de Limbo Starr (que también había perdido a Maga recientemente), cabía pensar que la discográfica se encaminaría por una travesía por el desierto (por corta o leve que fuese) pero, cual duro fajador en el boxeo, se han rehecho del golpe y vuelven a lanzar un gancho al mentón. El secretario técnico del sello se gana su sueldo, no hay duda. Aunque esto se veía venir.
Ornamento y delito, tras tres discos autoeditados -Relicario (2007), O+D (2008), Putas y cocheros (2009)- aterrizan en Limbo con Rompecabezas de miedo y perfección moral. ¿Alguien ha bautizado de forma más sugerente a un álbum últimamente? Aunque las sorpresas son pocas, puesto que regraban hasta seis temas de Putas y cocheros, sólo hay una palabra capaz de definirlo: ROTUNDIDAD.
Como si de un manual de ‘lo que un buen grupo debe ser’ se tratase, el grupo destila toneladas de actitud, rabia y energía, plagando sus letras de referencias bizarras y sugerentes (La Morgue me puede) y desechando uno de los lastres más pesados de nuestra música: lo políticamente correcto. Todo ello sin perder la esencia de un sonido alternativo y, a la vez, capaz de proponer himnos absolutamente aplastantes como Madrid.


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