Revista América Latina

Orquesta Sinfónica del ISA: El gusto por tocar

Por Isa @ISA_Universidad

Por Celia Medina Llanusa

Comienza una nueva edición de Musicalia dentro del Festival de las Artes del ISA, y profesores y estudiantes de la universidad se aprestan, en este nuevo encuentro que abre la Facultad de Música, a compartir e intercambiar puntos de vista académicos, a asistir a clases magistrales e interesantes conferencias, a disfrutar interpretaciones de altura y descubrir nuevos talentos. Para abrir el histórico festival, la Orquesta Sinfónica del ISA, adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana, presentará un complejo programa este 29 de marzo en el Oratorio San Felipe Neri a las 7:00 p.m. Maestros ensayadores, alumnos del ISA, estudiantes del Conservatorio Amadeo Roldán y de la Escuela Nacional de Arte, comparten su tiempo en esta experiencia que dirige José Antonio Méndez Padrón, para quien resulta distintivo el placer por tocar que mantienen los integrantes de la Orquesta. Y justamente con el joven director estuvimos conversando para dar comienzo a este boletín del Festival de las Artes.

¿Cómo surge la Orquesta Sinfónica del ISA?

Nuestra orquesta lleva tres años de fundada desde su primer concierto oficial, un 27 de enero de 2009. Pero desde dos años antes, jóvenes estudiantes de la escuela, algunos amigos músicos profesionales y el Grupo Ars Longa comenzamos a realizar conciertos juntos, un poco para suplir la necesidad que había en el centro del trabajo con música de cámara y orquesta. Esta es una labor que

todo músico debe desarrollar, pues pocos llegan a ser solistas en su carrera. Por tanto, estarán sentados, la mayor parte del tiempo, en el atril de una orquesta, lo cual, por supuesto no es un trabajo o una música menor.

Con anterioridad, en la escuela no teníamos la infraestructura para respaldar una orquesta en cuanto a cantidad de estudiantes. Para el primer concierto de 2009, que tuvo todo el apoyo de la Facultad de Música, de la decana de aquel entonces, Mivian Ruiz, se llegó a un convenio con las escuelas de nivel medio –Escuela Nacional de Arte, Conservatorio Amadeo Roldán, Escuela Profesional de Música de Matanzas– para unir a estudiantes de varias generaciones e instituciones con el fin de lograr la plantilla de una orquesta sinfónica, que está entre 50 y 70 músicos.

En este primer concierto inaugural comienzan las relaciones con la organización Mozarteum Internacional, cuyos directivos habían estado con anterioridad en Cuba por el aniversario del nacimiento de Mozart para develar una estatua del compositor austriaco en La Habana Vieja. Es así como surge este proyecto de apoyar y ayudar a nuestra orquesta juvenil.

¿Qué peculiaridades tiene la Orquesta Sinfónica del ISA?

Una característica que creo no se ha perdido durante estos tres años es el deseo de hacer música en los estudiantes: más allá de que sea para muchos una asignatura, un trabajo para otros –porque dentro de la orquesta tenemos cerca de siete maestros ensayadores– lo que debe primar siempre es el gusto y el deseo por tocar, que se ve reflejado en la energía del concierto. Eso es algo que no se ha perdido y espero que siga así, porque cuando los músicos van a tocar por compromiso, aunque la ejecución sea técnicamente perfecta, la música no fluye igual.

¿Cómo es la relación de la Orquesta con el Lyceum Mozartiano?

Bueno, el Lyceum Mozartiano de La Habana responde, por supuesto, al Lyceum Mozartiano Internacional. Como parte de nuestra interacción con esta organización, todos los años trabajan con nosotros directores internacionales como el belga Ronald Zollman, el argentino Jorge Rotter y el inglés Walter Reiter, con quienes se hace un concierto. Además, vienen un maestro de violín y otro de música de cámara a hacer talleres con los estudiantes de la Orquesta.

Por otra parte, aunque su política es defender la música de Mozart en el mundo, nunca nos han impuesto que nuestros conciertos sean todos con música de este compositor.

¿Qué programa propone la agrupación sinfónica este 29 de marzo en el Oratorio San Felipe Neri?

En este concierto vamos a proponer tres piezas: el Coro Escuela, a cargo de Ivette Portuondo, interpretará Te deum de Joseph Hayden; a continuación, el pianista Fidel Leal, ganador de la pasada edición de Musicalia, tocará preludios de Chopin; cerraremos con el Concierto No. 20 Kv. 488 en Re menor para piano y orquesta de W. Mozart, que será ejecutado por la Orquesta Escuela junto con Leal.

¿Cómo ha evolucionado la Orquesta tres años después de su primera presentación?

Desde ese primer concierto hasta este momento, la Orquesta ha ganado mucho en cuanto a la cantidad de estudiantes, así como en cuanto a la calidad de las interpretaciones. Los repertorios también han ido in crescendo, al igual que el desarrollo profesional de los alumnos, gracias al trabajo con los maestros y a la labor sostenida de los muchachos.

¿Y cómo es para ti el dirigir a músicos que a veces tienen tu edad o la sobrepasan?

Yo me gradué el año pasado de dirección de orquesta, anteriormente me había graduado de dirección coral, y desde mi primer año en el ISA comencé a hacer música con profesionales de mi edad y otros más jóvenes. Para mí lo importante es lograr la interacción entre todos los miembros de la orquesta, porque al final, como joven que soy, no me las sé todas, ni mucho menos –la música es amplísima para pensar que uno tiene toda la verdad–, así que nunca impongo las cosas sin tener el consentimiento de los miembros de la Orquesta, sin que cada uno esté convencido de que lo que estamos haciendo es lo que debe hacerse. A mi juicio, es fundamental esta interacción, y de esta dinámica he aprendido mucho, no solo de los músicos profesionales que tenemos en la agrupación, sino también de los más jóvenes, de los estudiantes, que están ávidos de conocer, que hacen muchas preguntas, que te obligan continuamente a reflexionar sobre por qué estás haciendo la música. Para mí ha sido un placer, realmente, y yo diría que casi el 50 por ciento de lo que sé, se lo debo a este proyecto.


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