Revista Psicología

Otra de esas personas

Por Rms @roxymusic8
(Image source: author)

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Hace un año dediqué una entrada del blog a una persona que ahora mismo está poniendo su granito de arena en un país como Camerún olvidándonse de ella misma y moviéndose por las sonrisas de esos niños que un día le robaron el corazón.

Tengo la suerte de rodearme de ese tipo de personas y quería dar eco a la vida de otra de esas personas. Ella no se enterará a menos que yo se lo diga porque está en Dublín y además no sabe nada de español. Tampoco se puede imaginar que esté escribiendo sobre ella, lo que más me gusta de todo esto. El valor de lo escondido.

Cuando recuerdo cómo nos conocimos pienso al mismo tiempo en cómo podríamos no habernos conocido. Yo fui a parar a una casa de una familia irlandesa donde precisamente ella estaba trabajando e iba a dejarla pasado ese mismo mes. Llego a retrasar mi llegada y el encuentro no se hubiera dado. Si empiezo con los hubiera o hubiese no pararía y de nada valdría entretenerse con historias que nunca habrían pasado. Pero lo que sí sé ciertamente es que ella y yo debíamos cruzarnos en el camino de la vida. Es otra de las cosas que la gente llama casualidad de la vida, el destino o suerte. Pero sé bien que las cosas no se dan por capricho de la vida ni jueguecitos de la suerte.

Aunque nos separen casi diez años esa diferencia se ha visto acortada por las vivencias, las conversaciones, las fiestas y los paseos en bicicleta que hemos tenido. Aunque nos separen casi diez años nada dice aquello que no podamos entablar una amistad ni que esa diferencia llegue a importar pues las personas, a cierta edad, se entienden en casi todos los temas. Así ocurrió. Nos pusimos al mismo nivel pues el alma y corazón buscan lo mismo sea la edad que sea, las circunstancias que se hayan tenido o vivido y los tropiezos o victorias que se hayan sufrido o logrado.

Lo que resaltaría de esta persona son muchas cosas, no podría elegir sólo una. Aunque bien es cierto que su risa es ruidosa y contagiosa, pero sobre todo, muy natural. Poca gente he visto reír de forma tan espontánea y a gusto. El caso, fui descubriéndola poco a poco, tras conversación y conversación en nuestro pequeño refugio de Starbucks. Hubo otros tantos momentos para conocer un poco más de ella, como los paseos, los encuentros en una fiesta, unos villancicos por Navidad, el poder ver cómo trabajaba filmando y haciendo fotografías. Un día cualquiera, en nuestras conversaciones en Starbucks, me contó su experiencia de Dios sin ser ella creyente. Quizás fuera esto lo que me admiró de ella y quería conocer más en profundidad. Me parecía increíble que una persona que no hubiera tenido ni recibido formación religiosa pudiera estar abierta a Dios y reconocer en su vida ciertas cosas que le hablaban de Él. Es verdad que su Dios no es el Dios de los católicos. Ella reconoce que hay Alguien pero de momento no puede decantarse por ninguna religión.

Y lo que más me ha impactado es su capacidad de lucha, de querer conocer y de ir más allá buscando un sentido a las cosas. Está en continua apertura a lo que ese Dios le pueda decir o enviar. Lo impactante de todo esto es que lo hace sin haber tenido quien le ayudara. Viene de la República Checa que, cuando ella era una niña, vivía bajo un régimen comunista y no podía conocer a ese Dios. Nadie de su familia le habló de Él. Ella con voluntad y confianza en sí misma se ha ido abriendo camino en este sentido, y buscado y encontrado su filosofía de vida. Hacer la vida grata a los demás. Quizás sea éste uno de los motivos por los que debíamos cruzarnos en la vida: su forma de ser; por su vivencia de pequeña que le ha hecho ser la mujer que es, segura y luchadora en la vida. Sin un pelo en la lengua pero con una capacidad de acoger a la gente abrumadora. Siempre abierta a conocer y dar cariño y cobijo a quien lo necesite.

Es de admirar su forma de ver la vida, cómo se esfuerza por ver el lado alegre de las cosas y de las personas, sin dejarse llevar por la crítica y juicio fácil, viendo con humor los acontecimientos del día a día, trabajando duro y poniendo pasión en lo que hace. Además de querer y demostrar ser una verdadera amiga y una persona natural, sencilla pero luz en la oscuridad. Sí, hay personas que surgen poniendo un poco de luz a tu camino que empezaba a perder visibilidad. Lo hacen sin pedir nada a cambio, dan su luz de forma inesperada y sin apenas darse cuenta ellas mismas porque son humildes. Y esto es de admirar y una aprende. Y cuando le pides un favor están ahí, no importe de qué se trate, están ahí. Y esta amiga ha demostrado todo eso en apenas un año. Menos, ya que no nos veíamos a diario.

Otras de las cosas que me parece meritorio es su forma de trabajar. Su sueño es ir a vivir a California y dedicarse a las películas, documentales y fotografía. Hacer proyectos que lleguen a las personas, que les marque, que tengan un significado. No le vale hacer las cosas por hacerlas, ni por el dinero que haya por medio. Ella es profesional pero su pasión por este séptimo arte le lleva a ir un paso más allá y ver que está creando, que está aportando, que tiene un valor lo que hace tanto para ella como para los demás. Hace poco ha empezado un nuevo proyecto y para poder ponerlo en marcha pidió ayuda económica a través del crowdfunding y ¡la consiguió! Vio que para su gente lo que hace es importante y ahora está metida de lleno en empezar o retomar su carrera, digo retomar porque no ha podido dedicarse de lleno o como le gustaría pues necesitaba dinero y ha tenido que trabajar de otras cosas antes. ¡Pero ha vuelto a sus andares y de qué manera! Seguro que pronto empezáis a escuchar y ver su nombre. Es una gran profesional, con mucho arte y creatividad. Ve cosas que los demás no ven. Captura cosas que a los demás les pasan desapercibidas y si las ven no las ven como esta persona las captura. Da un valor añadido, y no sólo en tema profesional, también personal.


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