Revista Cultura y Ocio

Otra realidad – @Silenciovioleta

Por De Krakens Y Sirenas @krakensysirenas

Algún día te contaré a qué sabe la frambuesa cuando no está en la nevera. Te contaré la otra realidad, la de mirar por la ventana cada mañana para ver qué día hago. Una en la que me da miedo salir al mundo porque sabes que nadie va a entender lo que te pasa. Una que agacha la cabeza porque en la calle hay demasiadas imágenes que callan o momentos de felicidad en los que me siento hasta culpable, una en la que a través de una pantalla te sonrío y otra en la que apago y me hincho a llorar porque tu habitación está vacía. Una, tus manos, otra, mis puños. Me duelen los brazos de sentirte tan lejos y te siento tan cerca que me aplastas el corazón. Algún día te contaré cómo tuve que aprender a vivir de otra manera, teniéndole demasiado respeto al dolor y una humildad casi temible porque tu vacío me ha hecho sentirme una mierda. Si no estoy, te lo contara él, que tiene el poder de saber de mí más que nadie. Se lo di yo un día cualquiera de otoño. Recuerdo bailar contigo y hacerlo todo deprisa para tener más tiempo para mirarte. Quedarme hasta las tantas de la madrugada para terminar un disfraz, sacar el maquillaje y pintarte nubes en la espalda. Soplar muy fuerte para que vieras que tu falda era de princesas. Esperarte en la salida del colegio para ver en tus ojos que yo era tu cometa. Acostarte cada noche y empezarte un sueño, siempre me lo pedías. Tu realidad era nuestro cuento. No quisiste otros brazos que los míos. Tú, la de los ojos grandes, abiertos al nacer, yo, tu primera imagen. Mi valiente guerrera, que viviría debajo del agua porque yo te enseñé a ser sirena, qué hago con todo lo que ya no vas a recordar? Yo te he curado tantas heridas. Qué hago con esta rabia tan grande ante una justicia que me ha separado de ti. Que tengo que aprender a quererte con sabor a despedida, aquí, en mi otra realidad, donde las crisis de llanto son a veces naufragio, a veces el mundo gira cuando me paro… aún no me lo creo. Nunca más voy a poder esnifarte a diario, al mundo le da igual mi mono. Tengo la tristeza más feliz del mundo. Quizás nunca lo entiendas. Te amé todo lo que no podrás recordar que te amaba. Te enseñé a volar en los columpios, a creerte tus propias trenzas, arañé y enseñe los dientes por ti y de convertirme en leona he pasado a ser un dragón con fuego en la boca. Aún no hay día que no sueñe con que llamas a mi puerta. Y mientras tú me escribes te quiero o me enseñas un dibujo, en la otra realidad yo quiero ser tu castillo. Maldita sea grito a ratos en el pasillo, o me tapo la cara con una pared imaginando que lo lloro todo pero está seca. Tú tenías la sonrisa entera. Aún hoy, no sé cómo ni por qué sigues diciendo que soy tu reina. El horno nos espera, pequeña. Qué es un problema? Me preguntaste un día. Problema es que recuerde la cantidad de veces que me has dicho gracias por calmarme y ahora viva con la duda de si alguna vez estás necesitando que te calme. No olvidaré nunca que tú quisiste despertar a las estrellas. Por tantas cosas…La calle me aterra. El mundo me duele. Mi amor se lo come y a veces no puede ni conmigo. Abrázale fuerte si no estoy y te cuenta, él también quiso llevarte al sol cuando tenias frío, él te tiraba bien lejos en la piscina o te ponía el mundo del revés sujetando tu risa, él también sabe de frases en un pizarra y comida de plastilina. Estar sin ti es una enfermedad y a veces los síntomas ciegan. Después de ti me he empezado a decir cosas muy feas. No me dejan hacerlo bien pero lo hago lo mejor posible. Quizás nunca sepas. Ojalá lo entiendas. Te ama. Inmensamente. Tu madre.

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