Revista Mundo animal

Otra vez...¿hasta cuando?

Por Losperrosdelcamino

Invierno pleno, el frío se hace sentir en la ciudad, imagino el frío de cordillera y me encanta sentirlo en mi rostro, eso me lleva a ir seguido, pensar en disfrutar aquella naturaleza sana que mucha gente no conoce,  algunas  solo saben de ir a ensuciarla dejando basuras de sus propios hogares en lugares que a todos nos sirven. Hogares llenos de basura en el corazón.

Otra vez...¿hasta cuando? La cordillera está hermosa, la comparto en Instagram, como todas aquellas fotos que algo dejan en mí. Llego al lugar, respiro profundo, ya no es la pena que sentí aquellas veces en que la impotencia de  tener las manos amarradas por no poder mas, me hacía presa de mis propias tristezas acumuladas tras el cruel abandono de mascotas que un día fueron amadas por su dueño, luego traicionadas. Imposible olvidar aquellos primeros años, años llenos de lágrimas, sufrimientos, historias desgarradoras que encontraba a cada paso que daba. Historias que en ese entonces  me era imposible contar por temor a que llegaran mas desgraciados hacerles daños a los perros del camino.   Ha sido un trabajo sacrificado enorme, duro, hoy quedan pocos perros en esos caminos, gracias a esta página pionera en preocuparse del verdadero abandono de mascotas, de donde muchos de los que hoy son agrupaciones, fundaciones, corporaciones,  aprendieron de ella encontrando un motivo por el cual cambiar sus vidas, hacer algo por alguien que lo necesitaba.
Otra vez...¿hasta cuando? A poco mas de andar una cuadra me encuentro con el cadáver de un perro negro que yace a un costado de la calzada, lo miro una y otra vez, y me pregunto, ¿por que la gente discrimina a los perros de color negro?   ¿Que culpa tienen de tener ese color?  Aunque si se trata de abandonar lo mas seguro que les de lo mismo el color.
En cambio yo los amo, amo a los perros sin importar su color, raza, me da lo mismo, sencillamente los amo cuando los miro a los ojos y nos comunicamos. 
Me se de memoria los sectores, conozco cada lugar de ese camino, son mas de dos décadas que subo y bajo preocupándome de ellos, en sus comienzos fue horrible, me llena el alma pensar que gracias a nuestra ayuda y cuando digo nuestra también involucro a quienes alguna vez se comunicaron para querer donar un saco de alimento, a pesar que la gran mayoría nunca lo hizo, nos debe quedar el sabor dulce que muchos de ellos pudieron sobrevivir, recuperarse, tener una segunda oportunidad en hogares verdaderamente responsables donde fueron queridos y gran parte de ellos ya enterrados, pero también queda el gusto amargo, triste de no poder sacarlos a todos, que  muchos de ellos abandonados fueron salvajemente asesinados, donde la muerte les llegó bajo las ruedas de un auto o camión que pasaba a exceso de velocidad sin que nadie lo controlara.
Otra vez...¿hasta cuando? Me detengo por si acaso, siempre hay mas de alguno que se acerca aunque ellos tengan casa en el sector, pareciera que no les dan comida, igual  salen a esperarme por si le tiro algo, me detengo tranquila, miro los cerros nevados, los disfruto,  la lluvia dejó estragos, mucho barro, siento que alguien me observa, es la pequeña chiquita que un día botaron junto a toda una familia, es la única que va quedando, es escurridiza, cada vez que intento acercarme, no hay caso. La pequeña me mira como diciendo, después que te vayas, yo como, ok, me voy, pero come le digo y ella mueve su colita. Es la misma que alguna vez alguien me preguntó por ella para llevarla a esterilizar.  ¿La habrá llevado?...¿la habrá vuelto al abandono?  como suelen hacer las personas que mas que pensar en el sentir de los animales, piensan en esterilizar para que no traigan mas perros  al mundo.  ¿Sabían que hoy muchas personas han visto en esto de ayudar a los perros como su verdadero trabajo?...pareciera que mientras mas casos tristes, de sarna, abandono, den a conocer en las redes sociales como Facebook, las personas le tendrán más lástima y por ende le donaran mas dinero, aunque después de los perros ni se acuerdan. Mas es figurar que el verdadero cariño por ayudar.  Es lamentable pero a esto es lo que hemos llegado. Por supuesto que no todos van por ese lado, también hay personas buenas, como aquellas anónimas que ayudamos con el alma sin pensar en nada mas.
Atrás queda la pequeñita comiendo, mientras me alejo lentamente observándola por el espejo. Sigo deteniéndome en lugares donde no hay perros, pero es la costumbre de hacerlo, de pensar que tal vez exista alguno que no haya visto, igual me detengo para dejar alimento dentro de la casita verde que un día alguien de la comuna de Puente Alto fue a botar con su basura, y junto a mi esposo la entramos para que sirviera de cobijo en caso que otro lo necesitara.  Hay veces que allí dura el alimento, debe ser que también hay pocos ratones, a ellos les encanta el pellet, lo toman con sus manitos, se lo llevan al hocico, como si lo estuvieran raspando se lo comen. Es así por que lo he visto. Aprendí a aceptar a los ratones después que los vi besarse encima de un árbol.
Sigo mi camino, algo me llama la atención, son unos sacos a la orilla del camino. Me detengo, ya nada me asombra, me digo, otra vez, hacía tiempo que no lo hacían. 
Otra vez...¿hasta cuando? Al costado hay dos sacos blancos, con letras rojas que dicen Azúcar La Providencia, y dentro de estos sacos están las tripas del animal mutilado, y fuera de ellos yacen las cuatro patas escalofriantemente bien cortadas parejitas. Mas allá, a unos metros está la cabeza de un caballo cuatreado. Me acerco a verlo, tiene los ojos semi abiertos, el hocico como si hubiera gritado hasta que no supo mas y murió.  Es triste ver estas imágenes frente a unos cerros cordilleranos nevados hermosos, sentimientos encontrados en mí. ¿Quién será tan cruel de matar a otro ser vivo?  De ser malditamente frío para sentir gritar de dolor a un inocente. Miro hacia mi alrededor, los autos pasan raudos sin llamarles la atención de lo que yo estoy viendo.
No es mi intención poner triste sus corazones, solo comparto lo que he visto y que muy pocos saben que esta crueldad existe, no tan solo en este camino, si no en gran parte de  los caminos rurales de nuestro país.
Si quieres puedes dar clic al video, teniendo en cuenta que nadie te obliga.

Uno se queda pensando, la impotencia que da es tener que pagarles a una pila de personas en las que se supone hemos confiado entregándoles nuestro voto para mejorar nuestro país con leyes que nos ayuden a ser mejores personas y sociedad,  y que no hagan nada por una verdadera ley en contra del maltrato animal, es irrisorio.  
Que quienes dicen ser animalistas, creadores de fundaciones en vez de andar hostigando a gente que todo lo que tiene es en base de sacrificio y trabajo, que hacen lo que mas pueden en beneficio de quienes aman, a su manera, pero los aman,  deberían preocuparse de este tipo de causas, si van a luchar por algo, haganlo bien, sin inventar ni calumniar como lo están haciendo, ya que solo desprestigian mas el termino animalista.
Ser animalista no significa figurar, pedir donaciones, lucrar con los animales en su propio beneficio.
¿Es muy tonto lo que estoy escribiendo?
Es ponerte en el lugar de...
Amigas, la verdad que cada vez me decepciono mas y mas, lo que me lleva alejarme de internet, pero algo les aseguro, nunca me podrán alejar de seguir ayudando con mi tiempo, trabajo y dinero.
Seguiré siendo autista, donde cada día que tengo de vida, doy gracias a Dios por vivir, vivir feliz conmigo, mi conciencia y mis perros rescatados del abandono cruel en que los encontré.
Todo mi agradecimiento para los que siempre están, los que nos ayudan a compartir casos en nuestra página en facebook, como los que alguna vez han adoptado un perro del camino, mil gracias.
Marcela
[email protected]
Los caminos de la vida
No son lo que yo esperaba
No son lo que yo creía
No son lo que imaginaba... Yo pensaba que la vida
Era distinta
Como cuando era chiquitito
Yo creía que las cosas
Eran fáciles como ayer...

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