Ahora ha sido Reig Plá y su diatriba sobre la retirada del proyecto de Gallardón. La Iglesia siempre será crítica con el aborto pero hay modos adecuados de decirlo y otros que no lo son.
Llamar a un presidente de gobierno desleal e insensato, calificar a los partidos políticos como estructuras de pecado, insultar a feministas y homosexuales no parece que sea tarea propia de un obispo. Ni siquiera respeta la mentalidad del papa actual. Ellos ni dimiten ni son cesados, todo les sale gratis y de ahí su osadía.
Este “gobernó” Murcia, echó un pulso al “cardenal” Mendoza y, naturalmente, perdió, siendo desterrado a Alcalá. Desde allí siembra y propaga su ponzoña.