Ouija: origin of evil (Mike Flanagan, 2016. EEUU): buen film de horror que supone una sensible mejoría sobre su (dicen: no he visto ni veré) horrenda antecesora, la cual está ambientada después de esta. Una casa de prestigio (Blumhouse), un director con solvencia y algo de pedigrí (es el autor de Hush y Oculus), además de saber filmar, y una ambientación- lo vintage- a la moda de recientes producciones fantásticas de éxito hacen de ella una propuesta a tener en cierta consideración. La escena de la descripción que hace la niña de la muerte, por ahorcamiento, al novio de su hermana genera un miedo notable, y ciertas composiciones de planos, siempre alrededor de la mencionada niña y sirviéndose del cine de James Wan, la convierten en un relato merecedor de todas y cada una de las alabanzas que no recibió el film que (pre)continúa, sin ser ni mucho menos una obra mayor del género.
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