Revista Ciencia

Ozono, esa molécula “buenomala”

Por Francisco Nebot Edo

ozono_commons.wikimedia.org1320 × 1120Es bien conocida por todo el mundo la problemática ambiental de la progresiva desaparición de la capa de ozono. Pero también es cierto que existe un lado oscuro en esta molécula.  Si bien el ozono de la estratosfera, las capas altas de la atmósfera, es el que deberíamos por todos los medios de conservar, otra manifestación de la molécula puede causar problemas de salud a la población. Y de ahí esa pequeña licencia en rebautizar esta molécula como “buenomala”.

Existen diferentes manifestaciones de este compuesto que se considera como un oxidante enérgico. El O3 “bueno”, como dijimos, se encuentra en la estratosfera y precisamente su función vital es la de la protección frente a la llegada sin control de radiaciones ultravioleta de nuestro astro rey. Así pues es considerado una capa protectora.

Sin embargo el O3 troposférico es pernicioso para nuestra salud, si se encuentra en exceso. Dicho gas se forma por la presencia de NOx, COVs (compuestos orgánicos volátiles) y el O2 en presencia de radiación solar radiación solar, lo que produce una reacción fotoquímica . Los NOx se producen en procesos de combustión de combustibles de origen fósil (vehículos e industria) y los COVs son de naturaleza variada (pinturas, refinerías, fabricación de disolventes, etc.).

Otros que podrían favorecer la formación de esta molécula, son los CO y el CH4 (metano) liberados en vertederos, combustión de biomasa o depuradoras.

El ozono tiende a descomponerse donde existe alta concentración de NO. Esto curiosamente, explica porque en las ciudades la concentración de este contaminante sería menos, frente a zonas rurales o inmediaciones (por ejemplo los cinturones de grandes poblaciones) a estos núcleos. Pero también fenómenos como la inversión térmica, hace que la concentración del mismo suba.

Los problemas de salud, son agravados en verano (intensidad mayor de exposición a radiación solar) y abarcan los de índole respiratorios o cardiacos. Según la clasificación este contaminante entraría dentro del grupo de carcinogénicos de nivel I.

Para finalizar y a un nivel laboral, lanzo una recomendación para actuar en edificios enfermos. Intentemos que la ubicación de fotocopiadoras siempre sea en zonas con escasa permanencia de personas (por ejemplo pasillos). Tengamos en cuenta que el oxigeno presente en el aire, puede formar moléculas de ozono por las emisiones de radiación de longitud de onda cercana al ultravioleta, como la que puede emitir una fotocopiadora. Aunque con los modernos equipos, la tecnología minimiza el riesgo, siempre queda un riesgo residual.

[Foto: Tomada de la fuente ozono_commons.wikimedia.org1320 × 1120 Derechos de uso Creative Commons para reutilización]

Ozono, esa molécula “buenomala”

Volver a la Portada de Logo Paperblog