Revista Sociedad

P. Duhem. Fragmento

Publicado el 03 enero 2012 por Alfredo

P. Duhem. Fragmento.
La experiencia no refuta una hipótesis aislada, sino que tan sólo indica que al menos una de las hipótesis de un conjunto de ellas es falsa.
«En resumen, el físico no puede jamás someter al control de la experiencia una hipótesis aislada, sino solamente todo un conjunto de hipótesis; cuando la experiencia está en desacuerdo con sus previsiones, le enseña que por lo menos una de las hipótesis que constituyen este conjunto es inaceptable y debe ser modificada; pero no le indica cuál debe ser cambiada.
Henos aquí bien lejos del método experimental como lo concebían de buen grado las personas extrañas a su funcionamiento. Se piensa comúnmente que cada una de las hipótesis que usa la física puede ser tomada aisladamente, sometida al control de la experiencia, y, después, una vez que variadas y repetidas pruebas hayan comprobado su valor, incorporada de manera definitiva en el sistema de la física. En realidad, no es así; la física no es una máquina que se deje desmontar; no se puede ensayar cada pieza aisladamente y esperar, para ajustarla, que su solidez haya sido minuciosamente controlada; la ciencia física es un sistema que debe tomarse todo entero; es un organismo del cual no puede hacerse funcionar una parte sin que las partes más alejadas de ésta entren en juego, las unas más, las otras menos, todas en alguna medida; si alguna incomodidad, algún malestar se revela en este funcionamiento, es por el efecto producido sobre el sistema entero por lo que el físico deberá adivinar el órgano que necesita ser reparado o modificado, sin que le sea posible aislar este órgano y examinarlo aparte. El relojero al cual se le da un reloj que no funciona, separa de él todos los engranajes y los examina uno por uno hasta que haya encontrado el que está torcido o roto; el médico al cual se le presenta un enfermo no puede disecarlo para establecer su diagnóstico, debe adivinar el foco y la causa del mal por la sola inspección de los desórdenes que afectan al cuerpo entero; es a éste, no a aquél, al que se asemeja el físico encargado de corregir una teoría coja».
(P. DUHEM. La théorie physique, son objet, sa structure, II, VI, § II. Marcel Rivière, Paris, 1914. Trad. J.Q.).


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