Padre, he pecado – @Eva_Zeta

Yo confieso ante Dios Todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión.

Por tu culpa, por tu culpa, por tu gran culpa…

Por crear una conciencia a medida de los intereses de alguien ajeno a mí misma. Porque me hiciste reprimir mi enfado, ya que alguien vio bien decir que la ira es pecado. Los sentimientos son pecado, ser débil es pecado. “Eso no se dice, aquello no se hace”. Me enseñaron a no decir palabrotas porque alguien dice que Jesús dijo que las palabras que salen de mi boca muestran lo que hay en mi corazón. ¡Exacto! Por eso no es pecado, hay sentimientos. Lo que hay es miedo al mismo, un miedo erróneo, irracional y educacional que prohibe desahogarse. Y en vez de enseñar a gestionarlo, lo veta. ¡Bravo! (Si la ironía es pecado, acabo de pecar).

Por tu culpa, porque tardé en disfrutar de mi propio cuerpo, tardé en aprender a conocer mi intimidad por miedo a enfermar, a morir, a condenarme. Condenada a no disfrutar, a ocultar mi sexualidad, a avergonzarme de lo que soy, de lo que tengo y de lo que siento.

Por tu culpa, por extender unas creencias que fomentan el miedo, la inseguridad, la vergüenza, el sufrimiento como algo positivo porque será compensado en mundos imaginarios.

Mi mayor pecado, lo confieso, es que hubo un tiempo en el que me lo creí todo.

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