Pakistán sucumbe

La verdad es que este verano está siendo espeluznante. El cambio climático acecha y estamos viviendo lo que será la tónica general de ahora en adelante hasta la destrucción del planeta dentro de 200 años según el físico, cosmólogo y divulgador científico (como mínimo), Stephen Hawking. Sequías seguidas de terribles inundaciones, incendios, tornados, frío extremo, calor insufrible....Las inundaciones que están viviendo en Pakistán le dejan a uno el cuerpo helado. Pero claro es verano y la gente no está para esos menesteres de desastres humanos donde la supervivencia es lo único posible. La ayuda internacional ha brillado por su ausencia. En cuentagotas hasta ahora, cuando el gobierno Pakistaní ha pedido a la ONU que por favor hagamos algo. También es verdad que aunque la magnitud de la catástrofe haya sido bastante peor que otras como el terremoto de Haiti en cuestión de vidas humanas e infraestructuras, las imágenes no son tan espectaculares. Una inundación despierta menos sentimentalismo social que un enorme terremoto. Pero lo cierto es que Pakistán está roto. La población, la que queda, está empezando a morir de cólera y el hacer llegar la poca ayuda solo es posible vía aérea y muy malamente. Todos se volcaron con Haití, hasta canciones se han hecho. No quiero pensar que la cosa cambia según sea la población defenestrada. YA sabemos que últimamente los de allende esas tierras están pero que muy mal vistos, sobre todo en EE.UU que parece no hayan movido ni un dedo. Los talibanes son los únicos que desde el primer momento se han volcado en ayudar. Esperemos que el tan solidario pueblo español (¿donde estamos?) despierte pronto del letargo veraniego y empiece, empecemos a aportar algo de solidaridad con el pueblo pakistaní.