Palabras, simplemente

Me paso el tiempo viéndote venir y pasas a mi lado distraída
Rosendo
Las metáforas: palabras, palabras que dicen los poetas para llevarte a la cama. Algo así decía Skármeta en el cartero de Neruda. ¿Cuántas veces pensé en la escena del huevo recorriendo tu escote? La cuchara. Las cartas de amor y la canción desesperada. Y tú, allí, en medio del tumulto, desconocida, puede que incluso con cierta amargura. No pretendo estar triste esta noche de cumbias y salsas para interpretarlo todo. Ya sabes, me aplicaron ley antiterrorista y los mercaderes, a pesar de todo, ocuparon mi templo. He sentido vértigo al verte pasar. Rodeada de sombras y caras alargadas. Familiares cercanos. Besos inconclusos. Una paella para el domingo. El típico gol de Torres en la final de la Eurocopa. Y la espera. Bien sabes que cualquier cosa que desees verdaderamente tiene que esperar. La paciencia no es un dogma de este tiempo. Hemos crecido a este lado de la alambrada por miedo a los perros, a cruzar la carretera, pero los kilómetros siguen contándose en canciones, puede que en discos completos. Pulsa forward de una maldita vez y vayámonos al agua. A la orilla de tus besos. Quiero abandonar esta estúpida mentira y recuperar el tiempo perdido. Las horas descontadas. Los minutos de la basura. El deseo. Tu pecho al aire nocturno de las miradas ajenas. Youtube y camisetas mojadas. Llaves. Ausencias. Huidas. Ganas. Tú.