Revista Cultura y Ocio

Palmeras en la nieve, de Luz Gabás

Publicado el 29 septiembre 2014 por Goizeder Lamariano Martín
Palmeras en la nieve, de Luz Gabás Título: Palmeras en la nieve Autora: Luz Gabás Editorial: Temas de Hoy Año de publicación: 2012 Páginas: 734 ISBN: 9788499983783 Por más que veía libros de ese género en reseñas de blogs y en las redes sociales nunca me había llamado lo suficiente la atención el landscape o novela exótica. Mi amiga Inés, del blog En busca de Mr. Darcy, me regaló en junio para mi cumpleaños Palmeras en la nieve, de Luz Gabás. Cuando abrí el paquete de regalo me sorprendió encontrarme ese libro. No era el que hubiese elegido ni el que esperaba. Incluso en un primer momento pensé que no me iba a gustar. Pero viniendo de Inés, con quien comparto gustos literarios, sabía que le tenía que dar una oportunidad sí o sí.  Porque seguramente me daría cuenta de que estaba equivocada. Y así ha sido. La novela no solo me ha gustado, me ha encantado. Me ha atrapado, fascinado y emocionado. Les he cogido un cariño inmenso a los personajes y me ha dado una pena horrorosa tener que despedirme de ellos.
La historia comienza en 2003 en Pasolobino, un pueblo perdido del Pirineo de Huesca. Un rincón aislado, rodeado de montañas, donde el progreso ha llegado tarde y gracias a una estación de esquí que ha llenado el pueblo de dinero y de turistas. Una de las casas de la localidad es Rabaltué, una casa y una familia que siempre ha dado mucha importancia a la historia de sus antepasados y, en definitiva, al pasado, aunque haya capítulos de los que nunca se habla en las reuniones familiares. Clarence es, junto con su prima Daniela, la última generación de la familia. Es una joven soltera, volcada en su trabajo como profesora de lingüística en la universidad. Es solitaria, soñadora, introvertida y, sobre todo, está un poco obsesionada con el pasado de su familia. Una obsesión que crece cuando encuentra un trozo de una carta. ¿Quién la mandó? ¿Quién la recibió? ¿Qué significan esas frases? ¿Cuál es la verdadera historia, el verdadero pasado de su abuelo Antón, su tío Kilian y su padre Jacobo? ¿Por qué siempre cuentan las mismas historias de Fernando Poo? ¿Les esconden algo? ¿Les ocultan algo? Su curiosidad, su miedo a preguntarles directamente a su tío y a su padre y sus ganas de ver con sus propios ojos el lugar del que tanto ha oído hablar le llevan a Guinea Ecuatorial, concretamente a su capital, Malabo, y a una de sus islas, Bioko. Pero las historias que ella tanto ha escuchado a su tío y a su padre ocurrieron cuando Bioko se llamaba Fernando Poo y Malabo, Santa Isabel. En 1953 Jacobo y Kilian dejan atrás Pasolobino, donde se quedan su madre y su hermana, y llegan a Fernando Poo siguiendo los pasos de Antón, su padre. Van a hacer dinero, a trabajar en Sampaka, una finca en la que se cultiva y se tuesta uno de los mejores cacaos del mundo. Pero el trabajo y la vida en la finca y en la isla son muy duros. Los dos hermanos tendrán que hacer frente a un clima y unas tradiciones que no son los suyos. Están muy lejos de su hogar, en un lugar exótico, majestuoso, sí, pero también desconocido y peligroso. Pronto tendrán que aprender las reglas no escritas que rigen las relaciones entre autóctonos y coloniales, entre bubis y españoles. Pero cada uno lo hará a su manera. Mientras que Jacobo es un vividor, un joven al que le gusta la juerga, el alcohol y las mujeres, alguien que nunca se preocupa por nada ni por nadie y tiene claro el papel que los coloniales desempeñan con los autóctonos, Kilian es más introvertido, menos sociable con sus compañeros de la finca pero se interesa más por las costumbres, las tradiciones y la forma de vida de los autóctonos, especialmente de Osé y su familia. Al contrario de lo que todos, incluido él mismo pensaban, pronto se integra en el día a día de la finca. Los capítulos de las dos tramas, la del presente, protagonizada por Clarence en 2003, y la del pasado, con Kilian y Jacobo en 1953, se van alternando, entrecruzándose y confluyendo en una única trama que, como no podía ser de otra forma, nos desvelará ese gran secreto familiar que ha permanecido oculto durante tantos años. De esta forma el lector puede disfrutar con los tremendos contrastes. La España gris y rígida de la dictadura franquista con la libertad y el libertinaje imperante en los territorios coloniales. Y, al mismo tiempo, ver cómo ha cambiado Guinea Ecuatorial a lo largo de los años. La tierra que conocieron Antón, Kilian y Jacobo ya no es la misma que ahora descubre Clarence. Si algo me ha gustado de esta novela es que tiene un poco de todo. Historia, amor, saga familiar, un escenario exótico e idílico... No se le puede pedir más. Como ya he dicho antes les he cogido muchísimo cariño a todos los personajes: Antón, Jacobo, Kilian, Clarence, Daniela, Osé, Simón, Bisila, Julia, sus padres, Manuel y tantos y tantos otros. Pero también he odiado a muerte a otros muchos como Gregorio o Sade. Porque si algo transmite esta historia son sentimientos. Amistad, amor, odio, nostalgia, pasión, rencor... Se nota que la autora se ha basado en la historia de su propia familia, sabe de lo que habla y lo hace desde el cariño y eso se refleja en sus palabras. Me ha gustado el estilo sencillo y directo, incluso me atrevería a decir que cálido de Luz Gabás, una autora con la que espero repetir muy pronto. Al margen de la historia en sí, que atrapa de principio a fin gracias al ritmo y los constantes giros argumentales, a unos personajes magníficamente construidos y a unas descripciones que nos trasladan a África sin que podamos evitarlo también me ha gustado mucho conocer la historia de Guinea Ecuatorial. Un país del que, a pesar de haber sido colonia española, no sabía prácticamente nada y ahora, gracias a esta novela sé un poquito más de los bubis, los fang, cómo era la vida de los autóctonos y los coloniales cuando Guinea era española y cómo fue el proceso de independencia y la transición hacia la dictadura que sufren ahora. Salvando las distancias me he sentido muy identificada con Clarence. No a Fernando Poo, pero mis abuelos, mis tíos y mi madre tuvieron que emigrar a Alemania en los años sesenta y siempre nos cuentan historias de cómo era su vida allí. Siempre he querido conocer los lugares en los que vivió mi familia y, al igual que Clarence, espero poder hacerlo algún día. Creo que esta es una novela muy trabajada. Muy documentada, escrita con mucho cariño y mimo, un homenaje a la familia de la autora que se convierte en un regalo para los lectores. Una delicia tan irresistible como el chocolate. No quiero desvelaros nada de la trama pero sí invitaros a que os sumerjáis en sus páginas y descubráis qué ocurre cuando crecen palmeras en la nieve.  Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí

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