Pan de Centeno con Semillas de Chia y de Calabaza

Ya se acerca el fin de semana. ¿Por qué no aprovechar, para preparar un rico y saludable ?

Hoy os propongo esta receta, de pan de centeno con semillas de chía y de calabaza, que está buenísimo.

Se presta tanto para ser utilizado con cualquier comida,

como para desayunos o meriendas.

Regado con un buen aceite de oliva virgen extra o una mermelada, a ser posible casera,

se conseguirán unas tostadas deliciosas.

Como sabéis, el pan es uno de los alimentos que mejor aguanta la congelación,

por lo que se puede preparar con tiempo, y disponer de él en cualquier momento.

Si se congela cortado en rebanadas, no necesita ni ser descongelado. Se mete directamente en la tostadora, y en cuestión de segundos, se obtienen unas tostadas crujientes

que harán las delicias del paladar más exigente :-)

dispone de ella, en este caso, he utilizado un prefermento, que se preparará el dia anterior.

- 100 g. de harina de centeno integral
- 100 g. de harina de fuerza
- 10 g. de levadura de panadería
- 200 ml. de agua

- Preparar el prefermento la noche anterior, mezclando los dos tipos de harina, con la levadura y el agua templada (no es necesario amasar, simplemente, que se integren todos los ingredientes).
- Tapar el recipiente, y dejar toda la noche a temperatura ambiente.

- Amasar hasta obtener una masa homogénea. Tapar con un paño o papel film, y dejar levar en un lugar templado y libre de corrientes de aire, hasta que doble su volumen
- A la mañana siguiente, echar en un recipiente amplio los dos tipos de harina de la masa final, hacer un hueco en el centro, añadir el prefermento, y el resto de ingredientes (menos las semillas).
(*)
- Una vez que haya levado, amasar de nuevo para desgasificar la masa, y añadir las semillas.
- Formar los panes dando la forma deseada (barras, hogazas, bollitos... o si os resulta complicado el amasado, meter la masa en un molde de cake forrado con papel vegetal).
- Distribuir unas semillas de chia y de calabaza por encima, y dejar levar de nuevo, tapados con un paño, hasta que dupliquen su tamaño.
- Meter en horno precalentado a 200º y hornear unos 30 minutos (depende del tamaño de los panes), o hasta ver que ya tienen un bonito tono dorado, y al golpear en su base, suena a hueco.
- Sacar del horno, y dejar enfriar sobre una rejilla. No consumir hasta que hayan enfriado totalmente, puesto que la masa, mientras esté caliente, el pan se sigue cociendo y asentado.

(*) La harina de centeno, es un poco complicada de amasar y si lleva entre sus ingredientes masa madre, miel y aceite resulta muy pegajosa, pero no es conveniente añadirle más harina de la necesaria para que no se pegue a las manos, ya que endurece la masa y si se aumentan mucho las proporciones, el sabor también cambiará, por lo que aconsejo amasarla ayudándose de un buen aliado, como es el aceite. Para ello, untar la mesa de trabajo con una pequeña película de aceite, y untar también las manos. Es muy útil, en este caso, utilizar una rasqueta de panadero que se manejará con la mano derecha (que será la que amase), y la izquierda se utilizará sólamente para ayudar a empujar la masa hacia la rasqueta. De este modo, la masa no se pegará a las manos, quedará bien amasada, con una miga suave, esponjosa y bien alveolada, y el amasado resultará mucho más sencillo.