Lo que os voy a contar no tiene ningún secreto, no es complicado, ni tiene ninguna técnica específica, además es muuuy sencillo.
Pero no quería dejar de contároslo ya que creo que es uno de los bocados más aromáticos, gustosos y sencillos que me haya llevado a la boca.
Rebanadas de pan pequeñas
Trufa negra o tuber melanosporum
Tostar las rebanadas de pan, rociar con un poco de aceite trufado, poner unas escamas de sal Maldon.
Laminar encima la trufa negra.
Ya os dije que no tenía ningún secreto.
** Se pone más cantidad de trufa encima, pero para hacer la foto puse poca para que se pudiera apreciar lo finas que son las láminas de trufa.
** Si no se tiene aceite trufado pues emplear un buen aceite de oliva virgen extra.