Revista Viajes

Panamá: Colón y Portobelo, por el día

Por Ceciliacarolina

Salimos tempranito al paseo que dias antes organicé integramente en linea desde casa con Omar Ching de PBA Holding Group ([email protected]. www.pba-panama.com), y que, como comenté en el post de ciudad de Panamá,  resultó una experiencia de lujo y de muchos detalles, que lo hacen 100% recomendable.
Nos recogió del hote muy puntual Edu, quien además nos condujo guió y orientó durante todo el recorrido.
La ciudad de Portobelo está separada por 107 kilómetros de Ciudad de Panamá,  y se encuentra contigua al mar Caribe, siendo declarada Patrimonio de la Humanidad por Unesco en 1980, siendo reconocida como uno de los puertos mas importantes de embarque de riquezas en tiempos de la Colonia.  
Se cuenta que la Bahía fue descubierta por el mismísimo Cristóbal Colón en su cuarto viaje,y que fue él quien la bautizó como Porto Bello.
Panamá: Colón y Portobelo, por el día.
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Nosotros iniciamos nuestro recorrido en la iglesia de San Felipe, que data de 1814 y, donde se encuentra la imagen del famoso Cristo Negro, tallada en madera en el sur de España hace más de 300 años, el que se ha convertido en la imagen mas venerada de todo Panamá, que convoca a miles de peregrinos cada mes de Octubre.  Panamá: Colón y Portobelo, por el día.
Cuenta la leyenda que esta imagen  cayó en la bahía de Portobelo cuando la nave que la trasladaba con destino a a Cartagena de Indias zozobró, entonces el Cristo fue encontrada por la gente del pueblo y erigido como el protector de la ciudad ante plagas, pestes y desastres naturales.
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 Salimos a mirar la explanada, donde se ubican algunas mujeres a vender artesanias muy coloridas, y caminamos bajo una gracil lluvia a los demás edificios del complejo monumental. 
Panamá: Colón y Portobelo, por el día.Panamá: Colón y Portobelo, por el día.
En tiempos de la colonia, era en este lugar donde se congregaba el transito de las mercancías porvenientes de Sudamerica y Europa. las que se comerciaban en grandes ferias que se extendian durante un mes, por lo que la cuidad toda quedaba expuesta a costantes y violentos ataques de piratas, corsarios y bucaneros, incluyendo a los famosos Drake, Morgan y Hawkins.
Así, era necesario fortificarla para hacerla inexpugnable, conforme nos cuenta Edu, siendo el principal hito defensivo el Fuerte de San Jerónimo, de 1758, que aun exhibe orgulloso su bateria de cañones, para la defensa de la ciudad y los tesoros, que aguardaban ser enviados a Sevilla.
Panamá: Colón y Portobelo, por el día. Panamá: Colón y Portobelo, por el día.
Continuamos el paseo y cruzamos la calle paa conocer la Aduana de la Mar, cuyo edificio  data desde 1630 y que tambien sirvió de asiento a la Casa del Tesoro, almacén, oficina fiscal y residencia del gobernador y de los oficiales reales de la época.
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 La Aduana prestó servicio hasta 1821 y actualmente es utilizada como museo para la demostración de artículos de la época española: en su interior nos mostraron un video y nos recibió Angeles, una mujer maravillosa, que nos presentó con todo cariño y paciencia, datos del funcionamiento del puerto, que permitió hacernos una idea de la entidad del tráfico comercial.
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Caminamos desde allí bajo la lluvia, un poco por el pueblo, visitando la plaza, y la explanada contigua donde pudimos maravillarnos con la artesania, colorida, principalmente  la Mola, producida por las mujeres Kuna de las islas de San Blas, las que utlizando, trozos de tela de colores brillantes bordadas en capas, en costraste con un paño  negro, representan escenas de la vida tradicional, y animales, como loros y mariposas (15 US)  
Panamá: Colón y Portobelo, por el día.Panamá: Colón y Portobelo, por el día.
Terminada nuestra visita recorrimos el camino que orilla la bahia, encontrando más vestigios de las edificaciones defensivas, que conforman la insigne batería.
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Continuamos el recorrido empalmando nuevamente con la carretera transitsmica, hasta llegar el Puerto de Colon y su enorme Zona Franca, distante a 49 kilometros.
Nada más llegamos al sitio,  Edu recogió nuestros pasaportes, para gestionar la ficha de ingreso al recinto y nuestro carnet de visitante. La verdad fue el guía que gestionó todo, incluso el ingreso y salida del auto, porque por lo que había leído en otros blogs no estaba permitido.
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La zona franca es enorme, ganado su prestigio de ser la más grande del hemisferio, y la verdad, no se si vale tanto la pena (para los chilenos al menos), recorrimos los galpones sólo curoseando, porque no era nuestro interés comprar electrónica que es lo que sí merece una visita, conforme los comentarios que recogimos.
Lo que yo puedo recomendar es La Rivera, que ofrecia los bolsos, carteras y billeteras Kipling y Benetton, súper baratos (más de Miami y duty free del aeropuerto) y algunas tiendas de venta de lentes de sol, donde compré a super buen precio unos Oakley que me encargó una amiga.
Mi mamá compró algunos perfumes, también a buenos precios, con la duda si eran originales (todo el mundo dice que todos lo son) y efectivamente lo eran. 
A la salida nadie nos revisó, aunque se supone que si lo hacían, Edu batió la mano saludando y partimos.... a nuestra siguiente destino: la estación de tren.
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El ferrocarril de Panamá une la costa pacifica y atlantica de Panama, en una "ruta pintoresca a través del Istmo de Panamá", conforme reza su propio sitio web.Panamá: Colón y Portobelo, por el día.
El transito del ferrocarril fue inaugurado el 28 de enero de 1855 y funcionó trasladando mercancia y riquezas, e incluso siendo protagonista en la construcción del Canal, que significó su caida en desuso y posterior deterioro, funcionando desde 1998 a traves de una concesion con Panama Canal Railway Company.
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El viaje es suave, y entretenido, los vagones preciosos y con un techo de vidrio que permite ir disfutando la vista al cielo, conforme se iba oscureciendo.
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Una vez abordo, nos brindaron café de cortesía, así que nos fuimos disfrutando de un picnic con vista, que a momentos era solo una imagen del tren  "flotando" sobre en el agua.
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Disfrutamos mucho el trayecto, que se extiende durante una hora, atravesando porciones de selva tropical, bordendo el Canal de Panamá,  a través del histórico Corte Culebra y surcando sobre angostas calzadas en el Lago Gatún.
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Una vez en la estacion de Ciudad de Panamá, nos reunimos nuevamente con Edu, quien nos condujo nuevamente al Hotel, donde nos preparamos para seguir recorriendo la noche de esta ciudad, que disfrutamos a más no poder y donde nos juramos regresar en 2016, para la inauguración de la segunda etapa del Canal, que nos maravilló con sus 7 hitos, como conté en el post anterior.
Hotel: Hard Rock Panamá Megapolis (www.hrhpanamamegapolis.com/es/)
Guía: Eduardo ([email protected]) www.pba-panama.com
Next Nestination: Miami por segunda vez (con Magic Kingdom)


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