Revista Opinión

Panem et circenses

Publicado el 30 junio 2012 por Javiersoriaj

Aunque todavía no hemos superado a Karl Marx en cuanto a que “la religión es el opio del pueblo”… hemos llegado aun más lejos, a la nueva religión, marcada por los éxitos deportivos, que nos señala el orgullo de pertenecer a la nación más grande, la que triunfa, aunque no lucha por lo importante. ¿Qué más da el medicamentazo, los recortes, la subida de impuestos, las mentiras, el paro, la depresión, la marginación, el racismo indiscriminado, o buscar en cubos de basura para poder comer… si Alonso gana en el Gran Premio de Valencia, Nadal en Roland Garros, y la selección de fútbol nos sublima al paraíso de los héroes?
El deporte cambia un país que es un estercolero por un nirvana de orgullos patrios. Surgen banderas en los balcones, y brotan alegrías con un trapo bicolor que sustituye la amargura de mañana no poder ir a trabajar. La familia que va a ser desahuciada pone una bandera en el balcón, a mayor orgullo de la miseria de los que, como bien nos enseñaron nuestros bisabuelos los romanos, sustituían el bienestar por un puñado de panes y unas entradas de circo. Y ahora, incluso sin panes.
Y los balcones plagados de banderas, cuando deberían estar plagados de escopetas. Suenan petardos cuando deberían sonar cañonazos del Aurora. Y se palpa la felicidad, con el niño que no comerá mañana vestido con una camiseta roja en la que se lee “yo soy español, español, español…”
Y el rey sonríe, viendo la estupidez de los súbditos. Y mientras nos suben otro 4% el recibo de la luz, y un 2’5 el del gas… a mayor gloria de los consejeros delegados de las empresas que no tienen otro remedio que oprimirnos más para mantener los sueldos indecentes de toda la calaña miserable que puebla los consejos de administración. La miseria de las españolas y españoles para llenar las arcas de Aznar y compañía, grandiosos hijosdeputa que desde la política (¿qué será eso?) actúan para garantizarse futuros felices. Y Zapatero viviendo en un chalet de 2200 metros cuadrados, supongo que como recompensa a su maravillosa actuación. Y Felipe González comprándose palacios en Marruecos y follando en yates de lujo. Y Pepe Bono haciendo honor a lo que significa ser socialista. Y Rosa Díez haciendo el discurso de los miserables. Y Soraya Sáenz de Santamaría, cada día más gorda, más estúpida, más miserable y más parecida a Peggy, quizá porque el poder alimenta, no solo los bolsillos, sino los cuerpos. Y Ana Mato diciendo estupideces. Y Ana Botella, que no aprobaría un curso de diversificación de la ESO con adaptación curricular, gestionando el presupuesto de Madrid. Y Wert tratando de devolvernos a la educación franquista. Y Camps, y Aguirre, y Artur Mas… Y el resto de políticos y políticas, que por acción u omisión mantienen sus privilegios aun a costa de la miseria de los que les “eligen”. Y mientras “los malos” son los de Bildu, que gobiernan desde, por y para el pueblo.
País de mierda, plagado de patriotas orgullosos de su miseria a cambio de las glorias de otros en los que tratan de reflejarse.
Para algunos, las lacras del país son el terrorismo y que haya personas que no se sientan parte de este país asqueroso.  Para otros, entre los que me cuento, las lacras son que no seamos capaces de ver que la gente tiene derecho a decidir lo que quiere ser, y que, además, sentirse parte de ésto, no sólo avergüenza, sino que degrada. Como por mi parte no puedo pedir la independencia de nada, me tendré que conformar, pero apoyaré a todo aquel que elija, POR CUALQUIER VÍA, luchar contra ésto.
Quizá deberían sonar los cañones del Aurora y que empiecen a rodar las cabezas. Es lo menos que se merecen todos aquellos que nos venden las banderas que tantos compran.

Pleonasmo a modo de posdata: ¡orgullo de ser español!

Por si alguien quiere más argumentos para darme palos, podéis completar en: http://impensando.wordpress.com/2011/05/01/48-%C2%BForgullo-de-ser-espanol/


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