Revista Cultura y Ocio

Papá Escobar y la cuarta pared

Publicado el 09 abril 2013 por Ruta42 @ruta42

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No es nada extraño que el que hace tebeos quiera sentirse también protagonista de ellos y aparecer en estos. En los 4F de Byrne vimos varias veces a su autor presentarse como el encargado de realizar el cómic sobre dichos héroes. Otros, mas modestamente, se limitaban a dibujarse entre el publico espectador de algún combate.

En Bruguera, sobre todo en su ultima etapa, los autores también compartían en muchas ocasiones protagonismo con sus personajes, o directamente se lo quedaban todo. Y así, teníamos historietas de Sacarino ambientadas en la redacción de alguna de las revistas, a Mortadelo y Filemon escoltando a Ibañez en un acto, o a Anacleto que en no pocas ocasiones descubrió que la mente criminal tras algunos de sus mas enrevesados casos no era otra que el propio Vazquez, el cual hasta llegó a protagonizar una serie.

Sin embargo, las apariciones de Escobar en sus títulos tenían algo mas. No era otro personaje de reparto que se añadía a la historia, era el creador. Aquel al que sus personajes llamaban directamente “papá”.

Y es que sus “hijos” no solo eran completamente conscientes de ser seres de papel y tinta, sino que tampoco les preocupaba ni le daban excesiva importancia al asunto. El hambrón Carpanta era en su pagina un personaje popular y saludado por mucha gente que hasta no tenía reparo en comentarle que seguía sus andanzas en “Pulgarcito”, mientras que Zipi y Zape, cuando pasaban cerca de un kiosco, nunca perdían la ocasión de comprar “su revista”.

Los protagonistas de las historias lo tenían bastante fácil para ir a solicitar algo a su creador. No era necesario hacerle ofrendas en un templo, simplemente ir a visitarle a su casa, algo que hicieron en no pocas ocasiones. La criada Petra le visitaba y pedía que su señora le diera días libres para irse a su pueblo, Zipi Y Zape sacar algún que otro 10 para hacerse con la ansiada bicicleta y Carpanta poder de vez en cuando “mover el bigote”. Y el les impartía toda una lección de filosofía explicándoles que poco podía hacer, que ellos eran como eran y lo que les pasaba estaba en su propia naturaleza.

Aunque Papá Escobar siempre fue bastante benevolente con sus hijos, y de vez en cuando Petra podía ir al pueblo, aunque fuera con su señora, Zipi y Zape sacaban algún que otro 10, aunque en algo tan poco académico como la puntualidad, y Carpanta comía hasta reventar, aunque literalmente reventara. Eran ocasiones excepcionales, de las que los lectores no solo no nos quejábamos sino que hasta disfrutábamos con cierto alivio, y que en el fondo servían para confirmar la regla y mantener la leyenda.

Juanma Conde, dueño de DTBOS (Salamanca)

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