#PapaEnCuba Papa Francisco, tuyo es el reino

Su Santidad Francisco,

Desde su llegada a La Habana muchos hablan de su vocación de fe profunda por los pobres. Por lo que en este archipiélago caribeño encontrará su reino de necesitados.

Querido Padre, por no subestimarlo aceptamos que conoce los pormenores de los desmanes que ocurren dentro de Cuba, y queremos creer, o más bien necesitamos creer, que ingenuamente aprueba el camino de la negociación con los dictadores porque lo percibe más sabio y aportador para este pueblo sufrido. No olvidamos que Usted y los suyos también vivieron en dictadura. Pero esa es su voluntad y aunque muchos entendamos que es delicadamente peligroso para la supervivencia del totalitarismo, tendremos que respetar y esperar el fracaso. Aun así le rogamos que piense en los millones de cubanos que andan errantes por el mundo, huyéndole a un régimen despótico.

Santo Padre, sabemos que también conoce que en Cuba, por varias décadas, persiste una emigración de familias menesterosas que han encontrado el exilio como la única salida posible para paliar la crisis en que el régimen totalitario de los hermanos Castro nos ha sumergido. Es imposible encontrar una de ellas que no esté divida. Muchos murieron sin el reencuentro con sus seres queridos porque la dictadura les negó esa posibilidad. También es cierto que pocas familias no poseen un integrante en prisión. La prostitución ha proliferado al punto de considerarse un estatus social respetable. El que roba ya no es exactamente un ladrón, sino uno –o una– que corre riesgos para sostener a su prole. La corrupción alcanza límites insospechados. Es la educación cínica e hipócrita en que la dictadura nos ha educado, y no es considerada un mal mayor siempre y cuando no se proteste contra el sistema.
Papa Francisco, la realidad es que somos pobres en lo que respecta a lo material, por el rotundo fracaso del modelo económico impuesto por parte de los tiranos; pero también,  gracias a los opresores que hoy le reciben, somos indigentes en la religiosidad y en el orden de los derechos humanos. La censura intelectual es de carácter generalizado. La opinión personal cuando es adversa a los designios del poder hegemónico, es perseguida, controlada, reprimida por la policía política. Los medios de difusión son fiscalizados por funcionarios del Partido Comunista de Cuba. Somos pordioseros de la democracia. Golpizas y encarcelamientos son lo que normalmente enfrenta todo aquel que decida luchar por sus derechos.

Mensajero de Dios, en su afán de acercarse a los despojados y exigir los derechos de los desposeídos, encontrará campo y satisfacción en la nación cubana que ha sido sesgada de sus derechos elementales.

¡Oh!, Padre Misericordioso, prueba tu vocación para con este pueblo que le falta todo lo que pides porque lo crees inherente al ser humano. Has llegado al lugar exacto para desaprobar y condenar las actitudes de esos que han practicado la “dinastía y los grupos” por más de medio siglo, y ahora le engañan a Usted y al mundo para ganar tiempo y mutar, y de alguna manera directa o indirecta, manejar el poder desde lo oculto.

Amado Pastor, muchos –dentro de los que me encuentro– tenemos la impresión, el sentimiento, que desde la muerte de nuestro siempre idolatrado Papa Juan Pablo II, la Iglesia no ha encontrado cómo sustituir ese vacío que dejó a su partida, y en el que Usted pudiera ser su continuador. Por estos días, las redes sociales han visto con horror –como si hubiera sido ayer– a un Papa extendiéndole la mano a Hitler. Usted es libre de escoger cómo quiere que lo recordemos –hoy y las generaciones futuras– cuando cometa el mismo error de estrechar las manos del dictador Fidel Castro.

Señor de Paz y Derechos, le rogamos con el amor profundo en Cristo, que nos conceda su bondad y nos aliente a alcanzar los derechos humanos que nos pertenecen por justicia divina, y por ley de los hombres de bien en la tierra.

Ángel Santiesteban-Prats,

Habana,18 de septiembre, “libertad” condicional.