#PapaEnCuba Un grito por Danilo Maldonado (El Sexto)

Hoy, lunes 21 de septiembre, cumple trece días en huelga de hambre en celda de aislamiento y castigo. Separado de su familia y de toda solidaridad humana, por el hecho y el derecho como artista de intentar ofrecer un performance que aludía, según la policía política, a los dictadores, cuando expuso dos nombres comunes: Fidel y Raúl, como muchos que lo llevan en esta nación, sobre los cuerpos de dos cerdos. Lleva nueve meses en cautiverio sin un proceso de instrucción justo y, por ende, en caso de efectuarlo, tampoco tendrá un juicio imparcial por parte de los jueces. La abogada que he visitado, asegura que su intención es la de “ayudar”, pero que no está en sus manos hacerlo, “pues ella es una simple abogada, a la que le han ocultado el expediente por varios meses”.

Las noches de Danilo son largas, extremadamente extensas. El amanecer parece esquivo, mientras siente que su cuerpo se deshace. Las fuerzas fallan y ese desgaste mental que por momentos inculca ideas para que desista, acompañado del miedo a morir, a no ver a su madre y a su hija pequeña, a perder la dentadura, a estropear los riñones, entre tantos temores, son sus luchas secretas en solitario.

Por estos días nos visita el Papa Francisco, el misericordioso que reparte justicia en la tierra por ser el mensajero de Dios, y que por respeto, aquellos que dicen reverenciarlo, deberían interrumpir sus maldades, soberbias y abusos contra seres indefensos, que solo intentan ser artistas que luchan por lo que creen. Pero los dictadores Fidel y Raúl, solo manipulan al Papa, a los presidentes, a la ONU y a cuantas cortes internacionales se presenten, como han acostumbrado en su más de medio siglo en el poder, robando destinos, quebrando futuros, apagando vidas, deshaciendo sueños, por lo que han hecho caso omiso a los pedidos de libertad de Danilo, porque como siempre, para los dictadores, primero está su compromiso con la maldad y asegurar su poder totalitario.
La hijita de Danilo solloza porque desea ver a su papá. La madre de Danilo soporta con hidalguía el trance de dolor al no querer llorar y despedir a su hijo, y a su vez, vive la contradicción de admirarlo y respetar sus ideales. Los abuelos de Danilo le miran con esa mezcla de desesperación y tristeza, y uno siente que necesitan reclamar, gritar, que alguien les señale dónde encontrar la justicia, y solo podemos responder con la cabeza gacha o desviar la mirada para que no vean nuestros ojos empañados. Las Damas de Blanco junto a los integrantes del Foro por los Derechos y Libertades, con la etiqueta #todosmarchamos, desfila cada domingo, desde hace veintidós fines de semana, con su foto, junto a la de otros presos políticos, por las calles de Miramar, exigiendo su liberación, aun cuando en cada uno de esos fines de semana, reciben brutales golpizas y arrestos. Los amigos acompañamos a su familia intentando darle calor al vacío que ha dejado Danilo. Nos encargamos de exigir su liberación, de acudir a visitar a la abogada o entregar cartas en las fiscalías sobre las violaciones legales que se cometen en su contra según sus propias leyes jurídicas, que deben respetar y cumplir.

El régimen no puede jugar, como siempre hace, al pulso con Danilo, y que llegue a afectar su organismo. Su deber, su obligación, tiene que ser la de liberarlo de inmediato sin males mayores, y no sumar otro delito internacional a sus expedientes de dictadores.

¡Libertad para Danilo Maldonado, Ya!

Ángel Santiesteban-Prats,

Habana, 21 de septiembre, “libertad” condicional.