Aunque los papajotes es más bien un postre típico de la semana santa, también se pueden disfrutar en cualquier otro momento, porque es un bocado exquisito.
Los típicos se elaboran sólamente con harina, pero lo cierto es que la patata cocida
le da una textura increíble.
Son fáciles de hacer y están tan ricos, que es difícil dejar de comer: blandos por dentro y crujientes por fuera, suaves, tiernos, dulces... ¿sólo en semana santa?
¡no por dios, hay que disfrutar de algo tan bueno en cualquier época del año! :-)
Ingredientes
- 2 patatas medianas cocidas (450/500 g. aprox.)
- 3 huevos
- ralladura de 1 limón
- 250 g. de harina
- 1 cucharadita de levadura química
- una pizca de sal
- 250 g. de leche (aprox.)
Terminación del plato
- piel de limón
- azúcar
- canela molida
Preparación
- Cocer las patatas con la piel y una vez que estén cocidas, pelarlas y hacer un puré con ellas.
- Echar en un recipiente el puré y añadir poco a poco los huevos batidos, harina, levadura, sal, ralladura de limón y la leche (*)
- Mezclar bien hasta lograr una masa sin grumos y similar a la bechamel para coberturas.
- Freir en abundante aceite bien caliente la piel de limón y retirarla.
- En el aceite caliente, echar cucharadas de masa en pequeñas cantidades para que el aceite no baje de temperatura y de este modo que queden dorados.
- Ir sacando las bolitas a una bandeja sobre papel absorbente.
- En un cuenco mezclar azúcar y canela y espolvorear abundantemente sobre los papajotes.
(*) Dependiendo de lo grandes que sean las patatas y los huevos, quizás se necesite un poco menos de leche de la cantidad indicada. Debe quedar una masa con una textura similar a la de la bechamel para cobertura),