Papás orgullosos (y otros no).

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La bipolaridad y la ciclotimia son, a juicio del señor que vive en mi casa y es el padre de mis hijos, algunos de mis rasgos más característicos.

Supongo que no anda desencaminado y, quizás, por eso soy capaz de hablar de abrigos un día y al siguiente de bañadores así como si tal cosa.

Este verano, en la playa, he visto niños que lucían orgullos bañadores idénticos a los de sus padres. También he visto, claro está, varios padres que lucían orgullosos bañadores idénticos a los de sus hijos.

No es el caso de mi familia. A pesar de que mis hijos han comentado, en reiteradas ocasiones, que algún día les gustaría ir vestidos como su padre todavía no se ha dado el caso y, mucho me temo, no creo que llegue a darse.

Este año los tres hombres de la casa han tenido bañadores iguales, concretamente el azulón de Kerala que no puede ser más discreto. A pesar de ello no ha habido manera de que ESQVEMCYEEPDMH les haya dado a los niños la alegría de ponerse el mismo modelo de bañador que ellos. A lo largo de los quince días que ha durado nuestra estancia en la playa el buen señor ha esperado a que los niños estuvieran vestidos para ver el bañador que lucían y así no coincidir con ellos.

Que digo yo que qué le costaba…

Si los señores que viven en vuestras casas no son tan… tan… tan… bueno, no son como el mío en estas direcciones que os dejo a continuación podéis encontrar bañadores iguales para adultos y niños. En todas las webs hay modelos ideales. Creo yo…