Revista Opinión

Para los miserables políticos españoles, la televisión es más importante que el bien común

Publicado el 12 septiembre 2011 por Franky
Las autonomías españolas, arruinadas y sin dinero para financiar servicios vitales como la sanidad, exigen más dinero a Zapatero, que también está arruinado y que, para encontrar fondos, va a recuperar un impuesto tan injusto y confiscatorio como el del Patrimonio, pero ninguno de esos políticos de baja estofa es capaz de cerrar sus ruinosas televisiones públicas, imprescindibles para seguir manipulando y engañando a los ciudadanos. --- Para los miserables políticos españoles, la televisión es más importante que el bien común Las comunidades autónomas españolas están arruinadas por la crisis y el despilfarro y en peligro real de quiebra. Algunas incumplen la ley porque no pagan a sus proveedores y ni siquiera tienen dinero para abonar los sueldos de sus funcionarios. Para salir del drama, exigen al gobierno de Zapatero el dinero que el frívolo de la Moncloa les prometió un día, ya en plena crisis. Ante la negativo del gobierno a darles dinero, amenazan con acudir a los tribunales.

Lo que ninguno dice es que parte del problema se solucionaría privetizando las ruinosas televisiones públicas autonómicas, para las que no falta nunca dinero. Son tan antidemocráticos y miserables que prefieren suprimir derechos y servicios fundamentales antes que prescindir de esas televisiones autonómicas que sólo sirven para mentir, manipular y controlar las mentes de los votantes.

No existe ni una sóla televisión´autonómica que sea necesaria. Todas ellas son juguetes del poder, armas para ganar votos, manipular y embrutecer a la audiencia. La mayoría de ellas son ruinosas y con el dinero que cuestan podrían solucionarse muchos problemas. Pero ningún político parece dispuesto a privatizarlas, con los que conseguiría un doble objetivo: dinero fresco para el presente y ahorro para el futuro. Lo de las televisiones públicas españolas en estos tiempos de crisis constituye la prueba más evidente de que el bien común ha quedado olvidado en la política española, donde las prioridad absoluta es el control del poder. ¡Antes morir que prescindir de la televisión!

Los gobiernos autonómicos, acosados por la crisis, no saben ahora qué hacer con sus televisiones públicas, empresas tan ruinosas como inútiles e imposibles de mantener en tiempos de escasez. Muchas han dejado de pagar a sus proveedores, algunas regulan plantillas y todas pierden dinero porque el gasto publicitario se ha hundido, pero los políticos prefieren eliminar la calidad en servicios públicos necesarios, como la sanidad, reducir los programas sociales, restar presupuestos a la educación y suprimir subvenciones para innovación antes que perder sus costosas cadenas de televisión, gracias a las cuales han podido manipular, narcotizar y someter a sus ciudadanos.

Lo único bueno de la gran depresión que acosa a España es que está logrando que algunas verdades reluzcan: las televisiones autonómicas son costosos e inútiles instrumentos de influencia y dominio al servicio de los gobiernos regionales, que no cumplen misión social, cultural o política alguna que justifique su existencia. Son caprichos costosos al servicio de la casta, instrumentos de dominio y lujos superfluos que la decencia aconseja eliminar ahora, cuando España está obligada a transitar por la dura ruta del ahorro y la austeridad.

Lo que aportan las autonómicas está más que cubierto por las televisiones privadas. ¿Es que esas cadenas públicas se dedican a difundir cultura, formación, vertebración y valores o más bien compiten con las cadenas privadas en difundir basura, violencia y chabacanería para ganar raiting y share? Si se realiza un examen imparcial de la programación de las televisiones autonómicas, ni una de ellas justifica su existencia por su aportación a la información o la cultura ciudadana.

Aunque el coste ruinoso, la frivolidad y el carácter superfluo de las televisiones autonómicas están más que probado ¿algún ciudadano ha escuchado a político alguno plantear en España el cierre de una de esas inútiles televisiones al servicio de la propaganda para contribuir así al ahorro y austeridad que exigen los tiempos? Se resisten como gatos a perder sus juguetes y se sienten inseguros sin esas herramientas para dominar y engañar al pueblo.

La existencia de las televisiones autonómicas no está justificada en esta etapa de la Historia de España, como tampoco lo están los viajes innecesarios de políticos costeados por el erario público, las tarjetas visa que tienen los políticos sin límite de gasto y otros privilegios y abusos que los españoles ya no pueden costear.

La casta política española es incapaz de renunciar a sus ilegítimos privilegios, que nunca han sido democráticos y que ahora, en estos tiempos de crisis, son un claro reflejo de indecencia, opresión y dominio.

Los únicos movimientos importantes de los políticos españoles para afrontar el ahorro han sido a costa de los ciudadanos, sin tocar ni uno sólo de sus múltiples y escandalosos privilegios. Prefieren retrasar la jubilación, eliminar el cheque bebé y ampliar el tiempo de cotización que tocar sus pensiones de lujo, a las que acceden con sólo siete años de cotización, mientras que el resto de los ciudadanos necesitan casi 40.

¿Cómo se pueden justificar esas desigualdades si no es desde la opresión y el abuso de poder? ¿Hay alguien que pueda aportar algún argumento sólido que justifique los privilegios de "la casta"?

La existencia de lujos y caprichos como las televisiones autonómicas, con cuya supresión España ahorraría muchos miles de millones de euros, así como la persistencia de los políticos en mantener intactos sus privilegios mientras las calles de España se llenan con 5 millones de parados y ocho millones de pobres, es pura opresión, injusticia ostentosa y arrogancia antidemocrática.

España se hunde, señores políticos, y son ustedes los que autores del drama.



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