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'¿Para qué sirve un oso?': La ciencia se humaniza

Publicado el 07 abril 2011 por La Mirada De Ulises

[5/10] Con mejores intenciones que resultados, Tom Fernández dirige una comedia ecologista que mira al hombre como primer animal en extinción. “¿Para qué sirve un oso?” es el título con que se nos presenta a Guillermo y Alejandro, dos hermanos excéntricos y amantes de la Naturaleza, entregados desde la infancia a la investigación científica… pero con éxito desigual: los estudios de biología de Alejandro han sido reconocidos en todo el mundo, pero al encontrar una planta en la Antártida por el calentamiento global… surge el desencanto por el poco caso que se hace a sus aportaciones y abandona la misión para volver a Asturias y disfrutar de la vida. Allí vive Alejandro, zoólogo, en medio del bosque y esperando fotografiar con métodos poco científicos a un oso pardo… y así preservar la zona del turismo que la amenaza. Los hermanos no se hablan desde hace años ni tampoco han tenido tiempo para frecuentar las relaciones humanas y sociales, absortos en su tarea científica… hasta que descubren la planta o el oso.

“¿Para qué sirve un oso?”: La ciencia se humaniza

¿Para qué sirve…? es la pregunta del cientificismo y del espíritu pragmático que, llevado a su extremo, prescinde de todo lo que no sea útil en términos cuantificables. La amistad y el amor, la familia y la simple conversación, la diversión y la contemplación de lo bello, el mero disfrute… no tienen cabida en quienes viven para sacar una foto inédita de un oso o levantar una teoría sobre el cambio climático después de prolijas mediciones. Se han olvidado de la humanidad para centrarse en el mundo animal o vegetal… hasta llegar al ridículo y el absurdo. Tom Fernández adopta el tono de comedia amable y dulce para parodiar esa perspectiva deformada de la realidad, y mira al hombre como la principal especie que hay que proteger y cuidar, dándole lo que necesita y de lo que carece: amor y cariño, compañía y juego, una buena cena y unas flores… y una familia.

“¿Para qué sirve un oso?”: La ciencia se humaniza

No hay ironía ni sarcasmo en el guión, pues sus diálogos son más bien inocentes y los gags cándidos y sencillos, mientras que la trama avanza con dificultad y de forma muy previsible. El retrato de sus personajes es voluntariamente plano y exagerado por el tono paródico que adopta, con situaciones que se ven con una sonrisa benévola pero sin que lleguen a suscitar la carcajada ni a emocionar. Es un humor blando y bienintencionado, con dos historias de amor sin ningún recoveco ni verosimilitud, con adultos con corazón de niño, y niños que no quieren cuentos dulces de príncipes y besos. Por otra parte, no hay cinismo o denuncia en sus mensajes ecologistas, ni sobresaltos o sangre en sus secuencias accidentadas… porque todo debe ser complaciente y agradable.

“¿Para qué sirve un oso?”: La ciencia se humaniza

Tom Fernández quiere hacer una película para todos los públicos y por eso todo es luminoso y positivo, y mientras el espíritu aventurero que nos ofrece es más propio de boy scout, los preciosos paisajes asturianos (muy bien fotografiados)… son una buena promoción turística de agencia. No es la mejor película de Javier Cámara, ni de Gonzalo de Castro o de Emma Suárez… con papeles poco exigentes y tendentes a lo histriónico. Tampoco hay pretensiones formales ni complicaciones argumentales, y la cinta se queda en un cuento sobre la Naturaleza donde todo se dispone para la redención de un espíritu científico que necesitaba humanizarse.

Calificación: 5/10

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En las imágenes: Fotogramas de “¿Para qué sirve un oso?”, película distribuida en España por Alta Classics © 2011 Versátil Cinema y Alta Producción. Todos los derechos reservados.


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