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Parches para tratar distintas afecciones y adicciones

Por Blogdefarmacia.com

Parches para tratar distintas afecciones y adicciones

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Los parches son ideales para las personas que poseen problemas para la ingesta de medicamentos.

Los parches son una manera alternativa de administrar diversos medicamentos a través de la piel.

Estos sistemas de alta tecnología, se ha desarrollado con la finalidad de tratar, fundamentalmente, enfermedades que requieren y necesitan de un aporte minúsculo, pero constante de un medicamento. Este sistema no es de última aparición, sino que hace ya más de 15 años que ha comenzado a utilizarse y aún, hasta la actualidad, se continúa usando. Los más famosos o divulgados han sido siempre los parches para la adicción a la nicotina, tratando de ayudar a las personas que desean dejar el mal hábito al tabaco. Estos parches, denominados en ocasiones, contra la ansiedad, también se han utilizado en personas con problemas de obesidad, para tratar su adicción a las comidas.

Los parches son una membrana artificial que contiene una determinada sustancia medicamentosa (su aspecto es similar a una pequeña bolsita plástica de dos o tres centímetros de diámetro). Puede convertirse en un colaborador muy eficaz para aquellos que padecen intolerancia gástrica, intestinal o hepática, porque al ir adheridos a la piel, evitan la intolerancia oral del medicamento.

Una ventaja importante que tienen estos parches es evitar los olvidos, ya que deben ser repuestos en lapsos que difieren según sea la enfermedad que traten y para la cual se ha seleccionado este método.

El ejemplo típico en tratamientos prolongados es la angina de pecho o insuficiencia cardíaca.

El parche antiangina de pecho contiene nitroglicerina. Esta sustancia, que alivia a los anginosos, es un vasodilatador que aumenta el consumo de oxígeno.

Este tipo de parche debe ser cambiado cada 24 horas, lo que asegura un nivel sanguíneo adecuado, continuo y permanente. Además, se aplica sobre el pecho (justo en el lugar del dolor anginoso), en la espalda o en los brazos. Así, el paciente siente la seguridad psíquica de estar protegido ante esta enfermedad.

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