Parque etnográfico en Güímar, Tenerife

OBRAS

PARQUE ETNOGRÁFICO EN GÜÍMAR, TENERIFE · 20/02/2015

Mediante el viaje se transmite el conocimiento y éste último es el combustible que alimenta las culturas de todos los pueblos. Las distintas experiencias que el visitante obtendrá en el parque (museos, exposiciones eventuales, proyección de audiovisuales, panoramas, etc…) no es otra cosa que adentrarlo por un viaje personal y colectivo, en el fascinante mundo de las relaciones culturales de los pueblos y sus orígenes. Para ello pretendemos que su actitud sea claramente activa y participativa, comportándose él mismo, como el sujeto que relaciona en sus desplazamientos todo lo que se descubre de una manera fragmentada en los distintos contenidos que se le ofrecen.

Fotografía cedida por los autores

Se propone, pues, la arquitectura como el vehículo que liga todo lo anterior en un recorrido que lleva a descubrir las enigmáticas pirámides, auténtico nexo cultural que da sentido y justifica el emplazamiento y su entorno.

Una secuencia marcadamente procesional a través de espacios simbólicamente referenciados nos va introduciendo progresivamente en el apasionante descubrimiento del origen de las culturas entre los distintos continentes. Esta simbología de espacios se materializa por una sucesión de patios, construidos con materiales autóctonos (piedras volcánicas locales de distinto corte, textura, color y forma) y referenciados en cada uno de ellos por unas especies vegetales que, llenándolos de significado nos hablan de la flora de ambos continentes.

Fotografía cedida por los autores

El patio renace en cada época de la historia del mundo mediterráneo o americano de Knossos y Mllia en Creta a Uxual en Yucatán, de Cluny y Santo Domingo de Silos a los de Cuzco o Cartagena de Indias. Su esencia funcional y su significado simbólico han permanecido inalterados, pero su faz y su ambiente han resultado tan variados como los rostros de los seres humanos que los han habitado. El patio se presenta como elemento arquitectónico común en las culturas del viejo y nuevo mundo.

Llegar a ellos, cruzarlos, establecer momentos de espera, encuentro y frescor que preceden a las informaciones museísticas, establecer perspectivas, jerarquizar puntos de vista, producir cambios de dirección y crear en el visitante una experiencia arquitectónica rica en sí misma, que añada un recuerdo y atractivo propio y se sume al contenido de las teorías que arropan los distintos museos es el objetivo primordial de nuestra propuesta.

Imagen cedida por los autores

El agua que acompaña en su fluir dichos recorridos mediante la creación de estanques, fuentes y acequias, no sólo refuerza de contenido simbólico dichos espacios, sino que sirven para crear el óptimo nivel de frescor que exige la calurosa temperatura de la localidad de Güimar. El agua que suena, el agua que fluye y que hace vibrar sobre sus superficies, los claroscuros de las arquitecturas que la arropan, nos recuerdan constantemente que ha sido este elemento quien se ha comportado como el auténtico vehículo de conexión entre las culturas que se muestran, y que recoge la finalidad del parque, que no es otra que mostrar las teorías tantas veces conjugadas por Thor Heyerdahl a través de sus viajes oceánicos, que van a constituir el tronco informativo del visitante al parque etnográfico.

Fotografía cedida por los autores