Se tiene una vista diferente de la ciudad y es posible hacerlo de día o de noche, con o sin comida o bailes. Se tienen todas las opciones, cualquiera sea la que elija no se arrepentirá.
Estambul como puerto fue enfocado hacia el mar y sus accesos. Son numerosos los palacios, residencias y mezquitas en las orillas.
Para muchos es la ciudad más bonita del mundo. Siempre que escucho este tipo de afirmaciones, recuerdo a un amigo que decía: “…del mundo que ellos conocen”.
Pero si Estambul no lo es, está entre las más bonitas y las más fáciles para andar a pie o en los tranvías.
Casas mezquitas. En las orillas se observan las mezquitas construidas para ese fin con sus techos abovedados y otras que son casas con un minarete incorporado.
Nos explicaron que muchos al morir donan sus casas para que se las conviertan en mezquitas. En estos casos le construyen un minarete y ya se tiene una mezquita más.
Hablando de mezquitas llama la atención en Turquía la gran cantidad y la magnitud de las mismas, incluso en los pueblos de pocos habitantes. 
De todos modos, esta es una entrada donde sobran las palabras y prevalecen las imágenes, por ello termino por aquí.
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