Revista Bares y Restaurantes

Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.

Por Enogourmet
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Pasión Manchuela 2015 en el Hotel Las Arenas de Valencia
El Lunes 29 de Junio 2014, se celebró en el lujoso balneario de las Arenas de Valencia, una cita enfocada hacia un publico profesional en la que once representantes de la D.O. Manchuela, optaron por desplazarse hasta la capital del Turia para presentar sus vinos. 
Tal vez este evento también organizado por Verema.com, pueda resultar como una pequeña secuela de un evento anterior, sobretodo si recordamos que hace menos de un mes, en este mismo lugar se celebró el evento Placer Bobal Origen 2015Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.Después de constatar en primera persona, que el poder de convocatoria de este evento no resultó ni de lejos similar al de su predecesor, mi decepción fue inmensa cuando constaté que el salón Neptuno, elegido para celebrar Pasión Manchuela 2015, era todavía más pequeño. Conclusión, entre codazos y empujones, resultaba muy difícil poder acercarse a las mesas y sobre todo, era casi misión imposible poder beneficiarse de unos pocos minutos para brevemente charlar con los productores y de tal modo conocer mejor, aquellos vinos que con tanto interés se molestaron en traernos hasta Valencia. 
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Quiero dejar bien claro, que mi intención no es para nada boicotear este acto con mi verborrea, pero digo yo, si resulta que en Placer Bobal Origen 2015, eramos mucha gente y muy apretada, distribuidos en un salón muy grande, de que me sirve que venga ahora a este evento menos gente y que el lugar dónde ahora nos tenemos que meter todos, es mucho más pequeño!! Además, si partimos de la base de la cual este es un evento enfocado a un público profesional; Un profesional debe poder concentrarse cuando cata, debe poder tener facilidades para desempeñar su trabajo de captación y gracias a ello, poder realizar un mejor sondeo de nuevos vinos, también debe tener accesibilidad a los expositores para intercambiar información, y los más importante, debe poder sentirse a gusto, ya que un profesional viene a este tipo de eventos a trabajar. Entiendo que seguramente, uno de los valores que la organización pueda tener en cuenta, es que cuanto más gente venga, esto pueda significar un éxito mayor, pero mi opinión y seguramente esta pueda sensiblemente ser compartida por la mayoría, a una bodega que se gasta dinero y tiempo para participar en estas ferias, showrooms o como lo queramos llamar, no le importa lo más mínimo la cantidad, si no lo más importante es la calidad de los asistentes. 
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Estoy convencido de que sería conveniente comenzar una o dos horas antes, y destinar ese tiempo para crear una atmósfera y ambiente puramente  profesional, para después, si así lo estima la organización, entonces abrir la puerta grande para permitir participar todos los ávidos asistentes, que solamente saben pedir de manera vulgar, sin mostrar el mínimo interés enófilo, y que lo único que les preocupa es que les colmen la copa de un vino que será seguidamente vertido en la escupidera de la próxima mesa. Tal vez mis palabras puedan retumbar en algunas cabezas, pero sigo sin encontrarle el sentido a muchas cosas.
Pese a lo citado y dejando de poner siempre algún pero, para optimizar recursos, buscar la perfección y a cada vez querer aprender más gracias a la experiencia. No descuidemos nunca que la idea de ayudar a las bodegas, se debe traducir en una optimizan de los recursos, y de este modo debemos intentar dar un mejor servicio y unas mejores prestaciones, tanto desde nuestra posición como visitantes, como desde la organización y expositiores.
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Los vinos de las bodegas más representativas de esta D.O. Manchuela, quienes acertadamente decidieron mostrarse en esta jornada, proceden de una pequeña región arrinconada entre la D.O. Utiel- Requena y la D.O Mancha. Debido a que a día de hoy quieran ganarse un sitio o un reconocimiento, tengo que admirar el esfuerzo realizado en estos pocos años, tanto en diseño como en elaboración. Valorar este atrevimiento y sus acertados enfoques, con vistas hacia un futuro que ya nos promete muy buenos vinos, pero siempre que se pretenda seguir en esta linea.
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Su vinos Blancos sorprenden por su frescura y acidez, además de elaborar muchos de ellos con uvas tan poco usuales para dicho "terroir" del que proceden, como son la "Viognier" o la "Moscatel", pero que sin duda se han adaptado muy bien a su suelo y clima. También pude encontrar unos vinos blancos monovariatles muy bien elaborados, a partir de uvas Sauvignon blanc, Verdejo y Macabeo.   Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia. Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Otros vinos que despertaron mucho interés y que motivaron mi presencia, fueron sin lugar a duda los vinos rosados elaborados con uva de Bobal. Expectación creada por una uva que particularmente me gusta bastante y que llevo siguiendo muy de cerca su evolución desde hacen ya varios años. El resultado son unos vinos frescos, con buena acidez y sobretodo con una expresividad y aromas en nariz que pocas uvas son capaces de igualar. Destacan por su imponente frutosidad, combinada con tonos lácticos y una persistencia sobresaliente. Algunas bodegas ya están haciendo cosas muy originales para potenciar las cualidades de estos rosados, como por ejemplo espumosos o también vinos semi-secos de baja graduación, pero personalmente me quedo con los rosados monovarietales tranquilos y secos con graduación aproximada a 12,5% con índice de color de 0,8 IC a tres bandas, ya que aunque sean a día de hoy, poco comerciales a nivel internacional, este perfil es sin duda aquel que permite disfrutar de la máxima expresividad en este tipo de vinos.
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Los vino tintos son los más representativos de esta región, se caracterizan por su alto nivel de color y una gran estructura gracias a sus elaboraciones a partir principalmente de uvas de Bobal, Garnacha y Monastrell. En mi opinión, los vinos tintos jóvenes resultan algo duros y verdosos, con una marcada astringencia indudablemente debida a una carencia de la maduración de la pepita, en el momento de vendimia. Pero eso, rápidamente se entiende cuando uno conoce mejor la orografía y el clima tan peculiar que ofrece esta región y desde la cual se obtienen estas uvas.
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Muchos tintos de esta región, son hoy en día empleados y comercializados en el mundo del granel para corregir y mejorar vinos de otras regiones, ya que por ejemplo gracias a los tintos de Garnacha Tintorera entre otros, se puede aumentar el color y la estructura de otros vinos. Tal vez sea esta una gran alternativa para poder a día de hoy ser una solución a su comercialización, ya que sin una previa selección en el campo y si tampoco se cuenta con una buena elaboración, estos vinos no terminan todavía de alcanzar un nivel para ser directamente consumidos, y eso es debido a su desmesurada estructura y a unos rasgos rústicos totalmente fuera de contexto.
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
También existen bodegas privadas que llevan varios años haciendo las cosas muy bien, los vinos de Finca Sandoval mostraron madurez, elegancia y mucha expresividad, como también lo hicieron los vinos de Vega Tolosa y de Alto Landon. Desde mi punto de vista, estas tres bodegas son las imprescindibles y las que mejor van a representar a esta región desde un prisma, tanto como por calidad como diseño y vanguardia, ya que os garantizo que para la elaboración de sus vinos, han perfectamente entendido lo que pide a día de hoy el mercado.
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Bodegas Iniesta, es otra de las bodegas que no hay que perder de vista, es cierto que llevan poco tiempo en el mercado y que a día de hoy sus vinos todavía pasan a un segundo plano; teniendo en cuenta que su dueño y futbolista Andrés Iniesta, actualmente es quien acapara toda la atención mediática. No quiero desmerecer sus vinos, ya que tanto su colección "Corazón Loco" como "Finca del Carril", pese a que todavía son muy discretos en copa, en general no disgustan y eso ya es el primer paso.
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Es obvio comprender que esta bodega juega con una ligera ventaja tanto en promoción como en presencia en los medios. Eso se consigue con carisma, fama, dinero...etc y esta bodega, a día de hoy, es de lo único que puede abiertamente presumir por ahora. Pese a todo, estoy convencido que en cuestión de muy pocos años, la Denominación de origen Manchuela y las demás bodegas adscritas, le tendrán mucho que reconocer y agradecer, ya que son empresas como estas las que abren a corto plazo, el camino y a su vez son las que sin quererlo, ayudan a los demás a ganar terreno en el mundo del vino, utilizando su sinergia.
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Mi mención especial me la guardo para un vino Dulce que me ha llamado particularmente la atención. Elaborado por Bodegas Florentino Pérez, quien esta vez no tiene nada que ver con el fútbol. Lágrima es un vino de Licor con una graduación de 15%, elaborado a partir de uvas pasificadas obtenidas después de una vendimia tardía, de la variedad Cabernet Sauvignon, con una corta crianza en barrica de 3 meses y aproximadamente 50 grs/lt de azúcar. Un conjunto delicioso, ideal tanto para tomar entre horas, como aperitivo, o bien para acompañar un buen queso curado o un paté o foie gras. Es muy coherente creer las palabras de su enólogo, cuando me confirmaba que uno de sus principales mercados para este vino era el mercado francés, ya que tal digno maridaje no debe ser omitido en ningún momento.
Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.Pasión Manchuela 2015, en el Hotel Las Arenas de Valencia.
Verema.com una vez más a demostrado una enorme capacidad de convocatoria y una muy valorada capacidad organizativa. Desde aquí queremos animar a que la celebración de estos eventos sea algo ya casi habitual, debido a que gracias a estas jornadas o eventos, se ayuda significativamente a potenciar la cultura del vino.
Cierto es que siempre hay algún fleco que pulir o algún detalle que se pueda mejorar, pero la experiencia es un grado y la perfección no existe. Por lo que únicamente, una vez más me queda quitarme el sombrero y esperar la fecha de la próxima celebración, la cual nos permita enriquecernos tanto con los vinos, como también gracias a la interacción con sus elaboradores que tanto cariño y empeño ponen día tras día, para finalmente obtener estos vinos tan personales y que tanto representan para ellos.

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