Pasos dobles en Abycine

No se trata de ponerse interesante ni tampoco de despistar al personal, porque Pasos dobles (Isaki Lacuesta, 2011) es una película -en parte un documental- muy personal, que puede echar del cine a más de uno -algo similar a lo que pasa con El árbol de la vida-. La única imagen que se me ocurre para definirla es que se parece a una acuerala diluida de las que realizó M. Barceló en Bali hace unos años, porque los contornos del guión están tan diluidos que a veces se hace difícil seguir el hilo -incluso el carboncillo inicial ha sido borrado para no dejar pistas reconocibles-. Pero merece la pena abandonarse a la sugestión de las imágenes, a ese libre fluir de historias, como un cuento eterno que va cambiando de escenarios y personajes. En realidad la película es una forma artística de acercarse al proceso creador de Barceló y a su inmersión en la magia del mundo africano. Apenas llegamos a entrever como pasos dobles en el desierto el ir y venir de Barceló y de François Augiréras. No hay que obsesionarse con descifrar las líneas de trazo grueso habituales en los guiones, porque las formas son casi manchas abstractas de color. Y, entretanto, pequeños destellos de humor, como para crear esa conexión con una reacción básica por si nos habíamos perdido en la arena del desierto.  Isaki Lacuesta se atreve a contar historias como cuentos míticos, oníricos, en busca del color y del alma de Africa.