Revista Solidaridad

Pastores del silencio

Por Iñaki Iñaki Alegria @InyakiAlegria

Pastores del silencio

Pastores del silencio

El tañer de las campanas tiñe el silencio de melodía. Se une a la melodía la oración del minarete. El grito a la oración del pastor protestante, los cánticos ortodoxos… El firmamento se convierte en una orquesta celestial donde comulgan todas las creencias.

Las llamadas a la oración ascienden al cielo, donde se unen siendo una sola, regresando a su único origen, en comunión.

Abajo, en la tierra, cada oveja con su pastor, dispersas, sin dejar de ser ovejas, sin dejar de ser todas hermanas aunque sea distinto el pastor.

Izquierda, derecha, norte, sur, este y oeste, se dispersan, creyéndose diferentes, pero siguen siendo hermanas, aunque se esfuercen de lo contrario.

Hoy es un día especial. Reina el júbilo en todas las viviendas. En todas las religiones.

Católicos, musulmanes, ortodoxos, protestantes… unidos. Empieza un nuevo año en Etiopía.

Dejando atrás las enemistadas, los odios, venganzas… es el momento de abrir los corazones, perdonar. Una llamada a la esperanza.

Cánticos de Alegría resuenan en todas las casas. El deseo es compartido: por un año feliz, próspero, de paz y bondad.

Entre los cánticos, un nuevo sonido aparece. Es el paso de un caballo.

A sus lomos una joven mujer. A pie, guiando el paso, un joven. No hay lugar para la duda: Está embarazada. Y busca auxilio.

El aire transporta la melodía de júbilo del pueblo, pasando de largo por la joven jinete, y dejando de estela el silencio.

Silencio que ha entrado en el cuerpo de la joven, ahogando el movimiento de su vientre desde hace ya 3 días.

3 días con sus 3 noches a lomos del cuadrúpedo, cubriendo la distancia de su vivienda para alcanzar al fin, al tercer día el centro sanitario.

Mientras su vecina se pasaba la noche en vela pelando la cebolla y cocinando el “doro wot” para invitar a la familia a la fiesta de año nuevo, ella, Asha, ahogaba el silencio de su vientre con el trote del cuadrúpedo.

A las dos horas, con dolores de parto, con llanto, nacía sin nacer el cuerpo de un niño ya sin vida, sin latido… ya macerado.

Los días de camino acabaron con la vida.

Si hubiese acudido antes…

Los llantos de dolor se confunden con el llanto del recién nacido de la cama vecina. El dolor se confunde con la esperanza de una nueva vida que acaba de llegar al mundo. Hay esperanza. Hay vida.

Alegría. Tristeza.

Vida. Muerte.

Estoy hablando de lo que vivo, no en un país lejano, en un país hermano.

No podemos seguir siendo pastores del silencio.


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