Esta semana comenzó con la eclosión de dos de los casos de corrupción más llamativos de la democracia española, el de Jordi Pujol y su tribu política y familiar nacionalista, que nos esquilmó como mínimo y como se demostrará 3.000 millones de euros, y el de los 45 políticos del PP del sumario Gürtel concluido ya por el juez Ruz, que nos robó como máximo 120 millones.