Revista Salud y Bienestar

Pediatras que no son padres

Por Pedsocial @Pedsocial

Pediatras que no son padresAlberto García Salido twiteaba en relación a la (impertinente o no) pregunta de los padres sobre la experiencia parental del pediatra. Enmedio de la angustia de tener un hijo enfermo, especialmente si lo está de gravedad o cuando se trata de adolescentes difíciles puede, y con cierta frecuencia, surgir la pregunta: “¿Tiene usted hijos?” de unos padres. A veces como una demanda de comprensión, otras como una muestra de desconfianza en la habilidad del profesional. O incluso una simple curiosidad social.

Con la evolución de las paternidades, es cada vez más posible que la diferencia de edad entre unos padres algo mayores y un pediatra más joven suceda con frecuencia. Cuando las familias las formaban parejas de veinteañeros, lo fácil era que el pediatra fuese mayor que la pareja de padres. Además, si se contempla la experiencia parental, la paternidad cada vez más tardía también incluye a los propios pediatras que pueden demorar formar una familia hasta la cuarentena.

La edad a veces acompaña la experiencia, aunque cuando la experiencia no aporta más que la contumacia en el error, deja de ser beneficiosa. Pero en general, los años de ejercicio suelen ofrecer prudencia y conocimientos, y lo natural es que, además inspire confianza.

Lo cierto es que los profesionales, tal y como está actualmente contemplado el ciclo formativo de licenciatura más especialidad, completan su formación reglada hacia los treinta años y, en la practica totalidad de los casos, han acumulado una notable experiencia clinica digna de toda confianza.

El tema de la experiencia parental es una cuestión diferente. Con todos sus valores, la paternidad sólo aporta algunos factores sólo parciales y, en todo caso, personales. Con lo odiosas que son las comparaciones, se podría cuestionar la capacidad de los obstetras varones para entender lo que representa parir. Y así extenderlo a toda la patología y sus especialidades: que los otorrinos sepan lo que es ser sordo, los oftalmólogos perder la vista o los psiquiatras la cabeza.

La comprensión de la realidad no exige la experiencia. Incluso puede viciarla. La comprensión de la realidad depende del conocimiento, de la disposición, de las habilidades sociales, del carácter y la estabilidad emocional. Todo eso que hay que ejercitar a diario y que, con el tiempo, conforma la experiencia.

X. Allué (Editor)


Pediatras que no son padres

Volver a la Portada de Logo Paperblog