Revista Cine

Pedro Almodóvar recomienda...

Publicado el 24 agosto 2011 por Fimin

A dos semanas del estreno en España de "La piel que habito" y tras superar con ella los 150.000 espectadores en Francia en apenas 3 días, Pedro Almodóvar también ha tenido tiempo para darle un repaso a su deuvedeteca y escribir unas palabras de recomendación para algunos títulos. Son filmes clásicos y modernos, independientes y comerciales, de Europa y también de Hollywood, algunos pueden verse en filmin. En resumen, una lista con 10 obras maestras que inicia su recorrido con un programa doble de crímenes familiares "Animal Kingdom" y "Winter's Bone".

RECOMENDACIONES

1. Animal Kingdom - David Michob
2. Winters Bone - Debra Granik
3. Nunca en domingo - Jules Dassin
4. The Killers - Robert Siodmak
5. The Killlers (Código del hampa) - Don Siegel
6. The Big Combo - Joseph H. Lewis
7. El demonio de las armas (Gun crazy) - Joseph H. Lewis
8. El callejón de las Almas Perdidas (Nightmare Alley) - Edmund Goulding
9. El parador del camino (Road House) - Jean Negulesco
10. El ángel exterminador - Luis Buñuel

El orden es aleatorio, ni de calidad ni alfabético, como el origen del mundo y las especies.

Animal Kingdom/Winters’s Bone
Las dos primeras son novedades en el mercado, para mí las dos mejores películas del año pasado, ambas nominadas al Oscar de Mejor Película, además de sus dos portentosas actrices, Jacki Weaver, la amorosa abuela de una familia de delincuentes en “Animal Kingdom”, y Jennifer Lawrence, adolescente en busca de su padre en pueblecitos de la América profunda, con menos de diez habitantes, casi todos familia y a cada cual más salvaje.
A Jennifer Lawrence la veremos en varios títulos la próxima temporada, luciendo un look opuesto al de esta película - adolescente redondita, que no conoce ni de oídas el Vogue (ni a Anna Wintour). Resulta que la Lawrence es un bombón, y como tal la veremos, no me pidáis títulos, pero la veremos.
Jacki Weaver pertenece a ese grupo de actrices de aire felino como Diane Cannon (última esposa de Cary Grant, desaparecida por la cirugía estética), Lee Remick, Tuesday Weld, Simone Simon (la auténtica gata de “la mujer pantera”) y la actriz que hace de cuñada de Liz Taylor en “La gata sobre el tejado de zinc”, que aunque el título hace alusión a la Taylor, la que verdaderamente tiene cara gatuna es ella, de todas las que he nombrado ésta es la que menos nariz tiene.
A mí me gusta mucho esta raza de actrices, y este tipo de personajes, una abnegada abuela que cuando le toca sacar los colmillos, resulta tan letal como sus salvajes hijos, pero más inteligente. Me interesan todas las historias de familia, desde ”Sonrisas y lágrimas” a “Goodfellas” pasando por “La gran familia” con Amparo Soler Leal y Alberto Closas. La de “Animal Kingdom” es una violenta familia de los bajos fondos de Melbourne, y su director posee estilo propio, demuestra que se puede hacer este tipo de historias sin tener que copiar a Scorsese, o a Tarantino.


“Nunca en domingo” de Jules Dassin.
Hace tiempo que tengo el DVD. Soy gran admirador de Jules Dassin y de Melina Mercouri, juntos y por separado. Empecé a verla hace años y sólo soporté los primeros tres minutos. Nada más terminar los títulos de crédito, la película arranca con una increíble algarabía de mozos griegos, contentísimos de sudar la gota gorda trabajando como negros en la construcción de un barco. De golpe irrumpe Melina Mercouri, con una sonrisa de oreja a oreja, lo cual es mucho decir, porque Melina poseía una de las bocas más descomunales de la Época Precolágeno. Se llama Ilya (lo cual también es mucho llamarse, los “más antiguos” recordamos un libro llamado “La Ilíada”, casi tan famoso como otro libro de viajes llamado “La odisea”).
Ilya jalea a los trabajadores y ellos la jalean a ella con alegría de zarzuela aunque la acción transcurra en el lugar donde se inventó la tragedia griega. Ni corta ni perezosa y en medio de risotadas, Ilya-Melina empieza a quitarse ropa hasta quedarse sólo con la parte de abajo, y luciendo una espalda tan maravillosamente amplia como la de Vanessa Redgrave en “Blow Up”, se tira al agua. Sin dejar de reírse, a punto en ocasiones de ahogarse, arenga a los mozos trabajadores para que se lancen de cabeza al líquido elemento, amenazando con llamar esclavo al que no tenga huevos. Tal como lo leéis. ¡Todo esto en tres minutos escasos!
Me pareció demasiado, lo encontré todo muy sobreactuado y decidí que la película no era para mí. ¡Ay, qué malos son los prejuicios!
Años después, una tarde de ferragosto, con la angustia vital propia del mes, acentuada porque a través de todas las ventanas (la de la tele, los periódicos, las de la propia casa) contemplaba horrorizado “la invasión de los ultracuerpos”, you know what I mean, decidí en mi desvarío darle una nueva oportunidad a “Nunca en domingo”, lo bueno de estar desesperado es que nada te importa, y los prejuicios desaparecen. Total, peor no vas a estar... En este estado mental tan poco adecuado para todo, puse el DVD, superé los tres primeros minutos, y cuando me quise dar cuenta, estaba totalmente hechizado por los ultracuerpos ultrafelices de Melina y su coro de rudos bailarines de sirtaki. Una vez que le di la oportunidad, la película se me reveló como lo que siempre fue, una delicia de lo más estimulante, pletórica de alegría de vivir y de optimismo. Un canto a los sentidos (una frase muy tópica, pero es la verdad), con una Melina Mercouri que desborda cada fotograma (también tópico, pero cierto). Llena de momentos memorables (dignos de figurar en Mis Cinco Vídeos Preferidos en You Tube). La interpretación de “Los niños del Pireo” musitada a media voz en su habitación, para placer del espectador (la canción ganó el Oscar en 1961, y ella fue la Mejor Actriz en Cannes 1960) es uno de ellos. Ilya es una especie de Patty Diphusa en griego y a principio de los 60, una puta feliz que cree que las tragedias griegas tienen finales felices. No encuentro mejor definición, perdonad la inmodestia, para el personaje cuyas memorias escribí a principio de los locos 80. “Nunca en domingo” es tan demoledoramente optimista que, comparada con ella, cualquier película optimista de Capra parece dirigida por Lars Von Trier.
En serio, ¡cómo es la vida! Y pensar que esta película marca el aterrizaje de su autor en Europa, ¡desterrado de Hollywood en plena caza de brujas de la cual era víctima! ¡Qué modo de sacudirse de encima la negrura de las listas negras macarthianas!
Lo dicho, una lección en todos los aspectos y sentidos.

En los próximos días comentaré el resto de recomendaciones, varias horas de placer asegurado para los amantes del cine o para amantes en general de las listas y los hit parades.

Pedro Almodóvar
 


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