El peeling químico es un tratamiento que exfolia las capas de la dermis. Podrá realizarse con mayor o menor profundidad dependiendo de las necesidades de la piel de cada persona y según la valoración del especialista en medicina estética.
Los distintos tipos de peeling químico se pueden aplicar para distintas patologías. Desde Sebbin, laboratorio distribuidor, enumeran las siguiendes: acné, seborrea, queratosis actínica, fotoenvejecimiento, cicatrices de acné, melasma y rosácea, principalmente.
Las diferencias serán en base a los distintos ácidos que se apliquen en el peeling químico.
Tratamiento con peeling químico
Antes de la realización del peeling químico se suele realizar una preparación previa de la piel. Esto se hace para mejorar la efectividad y resultados del peeling químico, ya que de esta manera la piel permitirá que los ácidos penetren mejor.
La aplicación del peeling químico se realiza mediante el uso de una especie de pincel con el que se va aplicando repetidas veces la sustancia. Esto se puede realizar en una consulta cuando se trata de peeling químico superficiales o medios, siempre en manos de alguien experto en este tratamiento.
Una vez que ha finalizado la sesión se lava bien la zona tratada y se aplica algún componente calmante que alivie la piel, pudiendo ser en algunos casos plasma rico en plaquetas, como comentan desde Sebbin.
Después del tratamiento es normal que la piel muestre una rojez que irá disminuyendo poco a poco y que no se notará prácticamente con la utilización de cremas hidratantes o maquillajes.
Los resultados suelen ser muy buenos ya que el peeling químico consigue una buena renovación de la dermis de una forma natural.
Fuentes
- Sociedad Española de Medicina Estética.
- Laboratorios Sebbin.
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