Revista Cultura y Ocio

Peppino Impastato: mártir contra la mafia

Publicado el 09 mayo 2015 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

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Peppino Impastato

Hoy os hablo de un personaje histórico muy desconocido para el público en general (salvo en Italia), al que considero como un ejemplo de dignidad ante la vida y una persona de espíritu inquebrantable; os hablo de un chico joven que a pesar de su corta vida, se convirtió en un héroe. El era Giuseppe (o Peppino) Impastato.
Nació en una pequeña localidad llamada Cinisi cercana a Palermo (Sicilia, Italia) en enero del año 1948. Se cría bajo el ambiente de una familia mafiosa: su padre y otros familiares forman parte de la mafia que imperaba en la zona.
Pero increíblemente, y a pesar de esta circunstancia, fue capaz de adscribirse al activismo político de izquierdas que entraba en efervescencia en los años 60, y fue capaz de escribir en el periódico El Ideal Socialista un artículo contra la mafia con un título demoledor: “Mafia: montaña de mierda”. Creo que llamar valiente a este chico se queda corto.
Pero ya sabemos lo que les pasa a muchos valientes, que les ponen zancadillas. Y la primera vino por parte de su padre, que le echa de casa. Pero esto no le impide seguir su camino. En 1968, participa en las manifestaciones contra la construcción de la tercera pista del aeropuerto de Palermo, en terrenos en Cinisi que son expropiados a unas 400 familias campesinas, en una operación claramente especulativa, de enormes dimensiones, y que favorecía el tráfico de drogas para la mafia. Peppino y el resto de manifestantes no pudieron impedir esto, y acabaron un tiempo en prisión. Otra zancadilla.
Más tarde, vino un proyecto cultural muy ambicioso por parte de Peppino Impastato, el colectivo “Música y cultura”, donde se escuchaba la música que estaba empezando a ponerse de moda entre los sectores jóvenes del mundo occidental de aquel momento, sobre todo el rock, pero también la proyección de películas y su relación con los nuevos movimientos sociales del momento: el movimiento estudiantil, el feminista, el hippie,…
Y así enganchamos con su proyecto más conocido, Radio Aut, una radio autofinanciada donde el programa estrella era aquel en el que Peppino Impastato satirizaba y ridiculizaba a todos y cada uno de los mafiosos de la zona, desde su padre hasta el mayor capo de Cinisi, su “tío” Gaetano Tano Badalamenti, o Tano Sentado como decía Peppino (quien vivía en la misma calle y a cien pasos de la casa de los Impastato), además de airear la información que poseía sobre la actividad de la mafia en la zona. Decía lo que pensaba, sin tabús y sin miedo por lo que le pudiese pasar, y a pesar del entorno que le rodeaba. En un contexto en el que nadie hablaba de la mafia, sobre todo por miedo, Peppino demostró otro de los actos de valentía por los que pasaría a la historia.
No contento con eso, se presentó además a las elecciones locales de ese año por un partido de izquierdas, Democrazia Proletaria. Pero la mafia ya no aguantó más. A pocos días para celebrarse las elecciones locales, Peppino Impastato fue cruelmente asesinado. Solo tenía treinta años. Lo molieron a palos, lo torturaron, y lo colocaron en las vías del tren con una carga de dinamita que explotó. Con este panorama, ya sobra contar sobre lo esparcidos que estaban sus restos. Los votantes de Cinisi en aquellas elecciones, de manera simbólica, eligen a Peppino Impastato como miembro del Consejo municipal.
Aquel día era el 9 de mayo de 1978. Ese mismo día aparecía muerto también, en Roma, el primer ministro italiano y líder democristiano Aldo Moro a manos de los Brigadas Rojas. Aldo Moro recibió honores de Estado, fue portada en los periódicos, la cobertura mediática fue abrumadora. Pero apenas hubo hueco ese día para Peppino Impastato.
¿Cómo iba a tener hueco un miembro de “extrema izquierda” que según la policía, en una primera versión, murió por su propio aparato explosivo, cuyo objetivo era cometer un atentado (copiando así lo que le ocurrió años antes al también activista de izquierdas Giangiacomo Feltrinelli), o en una segunda versión, cuando encontraron una supuesta nota melancólica que demostraría su suicidio (cuando en realidad solo era una de sus pocas composiciones poéticas)? ¿Cómo iba a ser eso posible cuando por parte de los investigadores policiales se ignoraron deliberadamente pruebas evidentes de su asesinato, como piedras manchadas con sangre en la escena del crimen (y eso que la gente gritaba y enseñaba a la policía las pruebas en cuestión)? Ah, y por supuesto, a la mafia que ni se le interrogue, no vaya a ser que tenga algo que ver con ello.
Pues si, al final consiguieron matar a Peppino Impastato, pero no consiguieron matar su espíritu: la madre y el hermano de Peppino Impastato rompieron públicamente con la mafia, y su muerte fue el pretexto para la convocatoria de la primera gran manifestación antimafia de la historia de Italia, la primera de muchas que vendrían después. Esto inició la mecha de una larga lucha para saber quién asesinó a Peppino Impastato, lucha que duró muchos años, hasta que en los 90 se demostró la autoría intelectual del crimen por parte de Badalamenti y fue condenado por ello, junto con varios de los autores materiales de este crimen. Tampoco sería el último crimen cometido por la mafia contra aquellas personas decentes que trataban de investigar sus crímenes o que estaban en contra de ella, pues habrá casos como los de los jueces Paolo Borsellino y Giovanni Falcone.
A pesar de todo, el caso de Peppino Impastato sólo empezó a ser conocido en general entre el público italiano en el año 2000, cuando el director de cine Marco Tullio Giordana presentó su película I Cento Passi (Los cien pasos, película sobre la vida de Peppino Impastato) en el festival de Venecia, y que después, en el año 2004, daría título a una canción del grupo folk-rock italiano Modena City Ramblers, además de la canción “Perduto Maggio” de los también italianos Talco (grupo de ska-punk).

Simón de Eiré


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