Revista Opinión

Pequeño Nicolás, pequeño Pablo

Publicado el 26 octubre 2014 por Cronicasbarbaras

El pequeño Nicolás y el pequeño Pablo tienen más paralelismos que pertenecer a Narcisistas sin fronteras o llevar el apellido Iglesias, el primero Gómez Iglesias, y el segundo Iglesias Turrión; lo importante es que ambos son genios de la autopromoción. 

Pablo es mayor que Nicolás, ese chico que aparece en las fotos de los líderes del PP y que llegó a las recepciones del Palacio Real, pero el fundador de Podemos es también un jovencito frente a los históricos líderes de los grandes partidos. 

El pequeño Nicolás, de familia humilde, a sus veinte años se hacía pasar por un rico amigo de José María Aznar y de todos los suyos, y resultó un pícaro capaz de sacarle dinero a numerosos millonarios convenciéndolos de su capacidad para proporcionarles negocios e influencia, esto es, poder. 

Aunque aún se desconoce si de verdad era un protegido de “alguien” del que no se tienen datos, en todo caso es un genio del teatro, y quizás su futuro esté en el escenario. 

Lo que prometía era verdad para quienes conquistaba; convencidos de que España está dominada por la corrupción, le pagaban para conseguir entrar en el basurero. 

Y esperando estafar, “como hace todo el mundo”, cayeron en el timo de la estampita del pequeño Nicolás: ¡Esta es mi España! 

Igual ocurre con el pequeño Pablo Iglesias Turrión (PIT). Con sentido común, recuerdo del lenguaje universitario del 68, y experiencia en países del socialismo real, se sabe que su “asalto al cielo”, que es lo que anuncia, es otra estampita, aunque mucho más peligrosa por totalitaria. 

PIT está vendiéndole leninismo-estalinismo a gran número de españoles ingenuos, clientes de charlatanes de feria modelo Chávez que, una vez timados, o lo envían a su prometida y alabada guillotina, o deberán colgarse de un árbol.

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SALAS

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