Pequeños detalles

 Amigos y amigas, familiares, señor de Cuenca que pasaba por aquí, estos días he estado pensando, no mucho, que me dan fatigas, ya me conocen,  sobre los pequeños detalles que expresan y de los que solo los niños se dan cuenta porque los mayores nos hemos hecho "mayores" y se nos ha puesto un "callo" cerebral a la hora de observar lo que nos rodea.
Ustedes estarán pensando ¿David, han estado quemando marihuana incautada al lado de tu casa y te está afectando? bueno, pues yo no me he enterado, pero puede ser, lo que quiero decir es que ahora mismo Matteo está en una hermosa etapa de descubrimiento en el que relaciona objetos con palabras y puede flipar infinitamente cuando , por ejemplo, aprieta el botón del ascensor y el ascensor se mueve, él me mira y me dice -Papá!!! como diciendo, ¡¡¡se ha movido!!!, y solo por apretar un botón!!!!, o cuando ve a lo lejos un gato y se pone a decir- papa, mama, o como dice él para ahorrar palabras, pa-má, refiriéndose a los dos, -pa-ma un miau!!! y se le ilumina la cara.
El simple hecho de ir por la calle y que pase un coche, él lo señala y dice -papa un grrunnndd, que es como le dice él a los coches, o  -mama un guagua!! cuando pasa una, y yo sin darme cuenta ni siquiera de que había pasado una ni en que calle estaba, ni que día era, ni de como me llamaba  ¿pero quien se ha llevado mi capacidad de asombro por las cosas?¡que alguien me la devuelva!
Matteo todo el día me insiste en que observe las cosas, hasta con un simple trozo de pan, cuando comemos, lo coje y me dice -papa un pan!!! y yo digo joder porque flipa, si solo es un pan? y eso es lo maravilloso, disfrutar de cada cosa a cada segundo. Sin darse cuenta se está convirtiendo en un pequeño maestrillo.
A veces me doy cuenta cuando Matteo hace estas cosas, que me veo a mi mismo absorto en pensamientos absurdos en lugar de estar disfrutando de lo que está pasando ahora mismo, como en una nebulosa de tonterias en lugar de disfrutar el momento presente, parece ser que dentro de los niños pequeños hay pequeños Jorges Bucays y Paulos Coelhos que nos recuerdan lo bonito que es disfrutar de la vida con las pequeñas cosas.
Cada día lo tengo más claro, los niños vienen al mundo para enseñarnos a vivir, y no al revés, nos hacen disfrutar de las pequeñas cosas que habíamos olvidado y nos hacen salir del bucle rutinario de la sociedad de "mariquita el último" y del salvame deluxe.
Un abrazo