Revista Educación

¿Pero El Teide es un volcán?

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Muchos adultos canarios coincidimos en señalar que, entre nuestras pesadillas de niños, la estrella era un dramático estallido del Teide, que acababa con la isla de Tenerife o, para mayor tragedia, con todas. Sí, todos sabíamos que esa montaña enorme a la que nos llevaban cuando caía algo de nieve era un volcán, pero “está dormido” nos repetían. Así que nunca nadie nos explicó qué hacer si despertaba, si estornudaba, si decidía desbordar lava o echarse un baile de movimientos sísmicos más o menos contundentes.

©Perenquen23.

©Perenquen23.

El Teide es, para esta nuestra sociedad tinerfeña, ese hermoso paraje que antes salía en los billetes de mil pesetas, que siempre buscamos en el horizonte cuando nos aburre la carretera y que visitamos en excursión escolar o familiar, al menos dos veces al año, cuando florecen los tajinastes o nieva. Ah, y si vienen visitas de fuera. Pero vivimos a espaldas del volcán, símbolo turístico, como de muchas otras realidades, físicas o sociales y, por eso, es tan difícil que, cuando surgen noticias como la de esta semana y los científicos anuncian que se ponen a estudiar el porqué de un centenar de microseísmos en el entorno del Teide en apenas diez horas, no cunda la alarma ciudadana. Porque el miedo se alimenta de desconocimiento. E ignorancia sobre el volcán con el que convivimos tenemos la mayoría un montón. Quizás alguno de estos pequeños sustos nos sirvan para interesarnos por la naturaleza del Teide con el que convivimos y dejar de verlo solo como una bonita foto en un folleto publicitario.


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