Perseguido-pursued

PERSEGUIDO (Pursued,  1947)

Por Juan Carlos Vinuesa

FICHA TÉCNICA:Título original: Pursued Año: 1947Duración: 101 min.País: Estados UnidosDirector:Raoul WalshGuión: Niven BuschMúsica: Max SteinerFotografía: James Wong Howe (B&W)Reparto:Teresa Wright, Robert Mitchum, Judith Anderson, Dean Jagger, Alan Hale, Clifton Young, John Rodney, Harry Carey Jr., Lane Chandler, Ian Wolfe, Jack MontgomeryProductora: United States Pictures / Warner Bros. Pictures
      Este film de Raoul Walsh constituye el film noirpor excelencia del western, llevado con mano sobria por este director, que dio soberbios títulos  como “Al Rojo Vivo” y High Sierra, que a partir de un guión y con un tratamiento que se aproxima mucho al cine negro. Se ha dicho también que es una obra freudiana, lo que no obstaculiza precisamente la sintonía al género negro, y conviene puntualizar que si Niven Busch ideó  con la mirada en los clásicos de la tragedia griega, Walsh aportó un enfoque shakesperiano. Por otra parte y, según declaraciones de Niven Busch, el relato se basó en un hecho real.
   La narración adopta el flashback, desde la perspectiva de Jeb Rand (Robert Mitchum), cuando, de noche, se reúne con él su esposa Thorley (Teresa Wright, esposa de Busch), en las ruinas de un rancho derruido adonde aquél ha llegado en la huida de un lejano y oscuro pasado, así como de un grupo de hombres que le persiguen para matarle. En aquel mismo lugar, Jeb había sido salvado, de niño, por la viuda Medora Callum de una matanza familiar que ahora sólo puede recordar muy vagamente. A partir de entonces, Jeb crecerá en compañía de los hijos de Medora (Judith Anderson), Adam (John Rodney) y Thorley. Llegados los tres a la edad adulta, espoleadas por Grant Callum (Dean Jagger), hermano del fallecido marido de Medora trágicas circunstancias se abaten sobre la familia. Como representante del Gobierno, Callum ha logrado que Jeb se enrolé en el ejército que lucha en la Guerra de Cuba; a su retorno estallan los celos de Adam, tanto con respecto al sentimiento amoroso de su hermano hacia Jeb, como en torno a los derechos de éste sobre el rancho en que viven: a consecuencia de ello, Jeb mata a Adam, inducido por Grant Cullum, cuando Adam intenta asesinarlo.
   Absuelto por la muerte de Adam por actuar en legítima defensa, Jeb se enriquece como copropietario de un salón pero es rechazado por Medora y Thorley. Entonces Cullum incita a un pretendiente de esta última (Harry Carey Jr.), por medio de un engaño, a que asesine a Jeb, que de nuevo tiene que matar para defender su vida, logrando de nuevo la absolución. Ahora será Thorley quien pretenda quitar la vida a Jeb, casándose con él. Así en la noche de bodas; Jeb le ofrecerá un revólver, desistiendo Thorley, momentos antes de que Callum, al frente de una patrulla, ataque la casa y de que el perseguido tenga que huir a caballo.

   Termina el flashback, llegando simultáneamente la luz del día y la verdad, al tiempo que Callum y Medora. Esta había sido, en vida de su esposo, amante del padre de Jeb, hasta que los Callum asesinaron a aquél y a su familia; sólo sobrevivió Jeb, que se convertirá en objetivo de Gran Callum para culminar su venganza. Intenta  consumarla en el momento presente, pero Thorley  intenta impedirlo y Medora se decide a matar a Callum.

Son años duros en Norteamérica. Han pasado dos años del fin de la guerra mundial, y muchos americanos recuerdan a su marido, hermano… que ahora son tumbas en Okinawa, Normandía, Sicilia o el bosque de las Ardenas. El new deal de Roosvelt ha quedado atrás. La ingenuidad ha muerto y está enterrada en aquellos lugares tan remotos de la América idílica. Capra, Wyler, Ford o el mismo Walsh olvidarán esa ingenuidad al tiempo que una nueva hornada de directores reflejará la amargura y desencanto de aquellos años. No es de extrañar por lo tanto como esa amargura queda impregnada en la sociedad cuando la institución familiar, tan importante del way of life americano queda impregnada de crímenes, hipocresías, inclinaciones incestuosas y horror psicológico hasta una catarsis resuelta en un ajuste de cuentas, todo ello al margen de la ley y con el agravante del cargo oficial de Grant Callum; como cara oculta del desarrollo en un Oeste que está en las puertas del siglo XX, la estampa era considerada lúgubre y así fue coherentemente trazado por ese maestro que fue Raoul Walsh.