Revista Cultura y Ocio

Personas desconocidas. John Katzenbach

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Personas desconocidas. John Katzenbach
     "Colgar. Una expresión distinta en el rostro de la madre. Una aceleración interna: de lo que debería haber sido una modesta inquietud a una curiosidad nerviosa y una súbita alarma en segundos, con el pánico absoluto aguardando, con la llegada inevitable del terror acechando a la vuelta de la esquina."
     John Katzenbach es uno de esos escritores cuyo impronuciable apellido nos hemos ido aprendiendo a golpe de lectura hasta convertirse en algo familiar. Cada libro suyo, es leído por un grupo de fieles adeptos al autor desde que leyeran El psicoanalista. Hoy traigo a mi estantería virtual su última publicación, Personas desconocidas.
     Conocemos a Gabe, un policía intachable hasta que la vida le jugó una mala pasada y, viéndose abandonado por su mujer y sin su hijo, se dejó caer en una esperial autodestructiva; y Marta, una policía de Narcóticos señalada por disparar y acertar en una situación de máxima tensión... a su propio compañero. Ambos son personas non gratas en el departamento de policía así que se les reubica en un lugar apartado encomendándoles la tediosa tarea de revisar casos antiguos jamás resueltos. Pronto creen encontrar la relación entre cuatro muertes. Cuatro asesinatos sin resolver encargados a la misma pareja de policías. Marta y Gabe se huelen que algo se les pudo escapar así que, en lugar de pasar el caso a la Brigada Criminal como les ordenaron, deciden ponerse a investigar en un asunto mucho más feo de lo que pensaron en un primer momento, y en el que se cruzará la desaparición de una niña muchos años atrás.
     Con estas premisas uno podría esperar una novela rápida, de esas que dicen trepidante, pero Katzenbach distribuye los ritmos y consigue una marcha constante a lo largo de toda la historia. Los protagonistas, marcados por sus propias desgracias, parecen afanarse a este caso que vislumbran como si fuera su única oportunidad en la vida para demostrar que no son la basura que otros empiezan a considerarles. Quizás por eso es fácil empatizar con ellos. Sus desgracias se acaban convirtiendo en algo familiar para un lector que, cuando comenzó el libro con un flashback en el que desaparecía una niña de 13 años, empieza a preguntarse por dónde van los tiros demasiado pronto como para que el autor sea capaz de mantener el suspense hasta el final. Dos hilos temporales, uno pasado muy escueto y en cursiva, y otro presente, irán avanzando hasta que consigamos unirlos mediante un nexo sólido y después de hacernos dar  un par de vueltas en giros más o menos inesperados.
     El autor consigue entretener al lector que se deja llevar por las páginas y reflexiones de los protagonistas, sin darse cuenta de que las horas pasan sin levantar la vista del libro. Y eso es siempre de agradecer en este tipo de lecturas. Sin embargo, he tenido la sensación de que uno de los casos, mucho más lateral y relacionado con la vida anterior de Marta, estaba cogido un tanto por los pelos y que el libro no hubiera perdido ni ganado en caso de suprimirse... por lo tanto había ganado, ya que este tipo de cosas hacen que haya lagunas en las que pierdo interés. El final, como comentaba, me ha resultado un tanto predecible, sin que ello haya supuesto un lastre para la resolución de la novela, ya que en este caso se convierte en un final por descarte en el que ninguna otro opción hubiera sido verosímil para la trama. Le ha faltado, eso sí, un poquito de tensión en esas últimas páginas.
     Personas desconocidas es una novela entretenida en la línea habitual de su autor que no decepcionará a los habituales.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

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