Revista Cocina

PFLAUMENKUCHEN [Tarta de ciruelas | Sin lactosa]

Por Anamelm
CAL 250,3 · HC 38,0 · PR 5,6 · GR 8,4 [100 G]

CAL 343,3 · HC 52,2 · PR 7,7 · GR 11,6 [PORCIÓN, 1/12]

Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas
Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas
Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas

Pflaumenkuchen. 

Yo diciendo esto, fijo que no paso el filtro de mi suegro [alemán autóctono] para pronunciar tal cosa. Claro, que tendríais que oírle a él decir que quiere comer torrijas o escucharle pedir una ración de chanquetes.

Así que lo dejaremos en empate técnico.

Yo cuando veo a mi suegro, siempre pienso si me entenderá del todo cuando le hablo. Que lleva media vida aquí, pero aún así.

Esto me ocurre cada vez que hablo con alguien que no es español nativo. O mejor dicho, cuyo idioma no es el castellano nativo.

Que seguro que si digo pasame la sal me entiende. Pero si dijera echame a andar el salero lo mismo pondría cara de poker.

Cuando pienso en no nativos, siempre me acuerdo de Brian. Un angelito, Brian. Más mono él.

Brian vino a Madrid desde su pueblito de la campiña inglesa como estudiante de erasmus a la tierna edad de 19 años, y se convirtió en profesor de academias de inglés para españolitos, y además, en mi vecino de escalera.

El chiquillo, era un tierno inglesito rubito de mirada dulce y rostro pálido, un niño sin descorchar, que viajaba solo por primera vez chapurreando dignamente el suficiente castellano para desenvolverse por la vida, o casi.

Digo casi porque a veces le pasaban cosas como que iba al supermercado a comprar harina para rebozar pescadito [la criatura ya adaptándose a las costumbres patrias] y se le olvidaba cómo se dice harina en castellano. Y de pronto y después de muchas explicaciones a la cajera de quiero eso que se usa para madalenas… si lo de los bizcochos… salía de la tienda con un molde de muffins de silicona y cambiaba de planes para la cena.

También le pasó una vez que se abalanzó sobre dos compañeros de la facultad asustadito perdido porque se les ocurrió decirle espera, tronco, que vamos a meternos un tiro y el chiquillo, pues pensó que lo que querían era matarse.

Algo así le sucedió cuando buscaba piso. El chiquitín, estuvo viviendo unos días en una pensión hasta que encontró habitación en un piso compartido. En su búsqueda, vio un anuncio que le encajó, y llamó para concertar una visita… digamos… especial.

El anuncio decía lo siguiente: “Magnífica habitación en el corazón del barrio de Chueca. Buscamos chico no fumador, que no le importe vivir con un gato, y que entienda”

Y Brian, pensó que él solo fuma a veces cuando sale, los gatos no le molestan, y entiende bastante bien el español, de modo que quedó para ver la habitación porque le pareció que era el perfil.

Cuando Brian empezó a entender, pero entender de verdad, lo que pasaba, fue cuando aquellas dos drag queens maduritas que le abrieron la puerta del piso subidas a unas plataformas de metro y medio [se iban a una actuación según le enseñaran la habitación] hicieron lo humano y lo divino porque Brian aceptara quedarse en su piso, incluyendo carantoñas, abracitos y demás despliegue de artes de seducción.

Y él que iba tan contento porque entendía bien el castellano!

Pasado este trance, el chiquillo siguió buscando y encontró otro piso, en el mismo edificio donde yo también compartía piso con otros estudiantes, y acabamos entablando cierta amistad vecinal.

Y poco a poco, le fuimos explicando qué significan en realidad expresiones como meterse un tiroentenderirse de pesca [a la discoteca]. Cosas que le tenían desconcertado por la vida.

Y le enseñamos con un poco de paciencia a decir atascaburras, zurracapote, pejiguero, castañuelas y la más importante: calimocho. Que antes del quinto vaso lo decía con bastante buen acento, luego ya la cosa se perdía pero bueno, ya sabéis… a mí también se me iba desafinando el oído así que todo quedaba en otro empate técnico…

En fin… que todo esto era porque le he robado un pflaumenkuchen a Sandra de ApfelStrudel Kuchen para el #asaltablogs de este mes. 

La he tenido que tunear un poco, primero porque no tenía suficiente harina de trigo y he hecho la base con espelta, y segundo porque tenía streussel congelado de otra preparación, y he hecho sólo un poco más para poder aprovechar el que tenía hecho. Pero la idea es fiel al original: base de masa panadera, relleno de ciruelas y streussel. Divinísimo todo.

Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas
Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas

  INGREDIENTES [10-12 PORCIONES]   Masa Harina de espelta blanca, 200 g Harina de espelta integral, 300 g Mantequilla*, 90 g Azúcar moreno, 60 g Levadura seca de panadero, 7 g [o 25 g de levadura fresca] Leche de avena**, 250 g Huevo,1  Sal, 5 g   *La cantidad de lactosa presente en la mantequilla es residual y casi todos los intolerantes la podemos tomar, pero si no es tu caso, hay mantequillas sin lactosa en el mercado **Si no eres intolerante a la lactosa, no hay ninguna razón para no usar leche de vaca   Relleno Ciruelas más bien duras, 800-900 g [pesadas con hueso] Azúcar, 2 cucharadas   Streusel o migas Azúcar moreno, 75 g Harina integral, 50 g Avena en copos finos, 40 g Mantequilla fría, 50 g Canela, ½ cucharadita Nuez moscada, ¼ cucharadita

Sal, ¼ cucharadita

MODUS OPERANDI

Masa

Es la primera elaboración que tenemos que preparar. Para ello, mezclamos en un bol todos los ingredientes de la masa. La mantequilla deberá estar a temperatura ambiente o en su defecto, ligeramente atemperada en el microondas [sí, en las fotos es obvio que me pasé atemperando, pero bueno, estas cosas ocurren]. Podemos usar harina de trigo, y también hacerla sólo con harina blanca, el resultado será diferente pero saldrá igualmente buena.

Si usamos levadura fresca, conviene calentar ligeramente la leche [tibia, no caliente del todo] y disolver la levadura antes de mezclar el resto. Con la levadura granulada no es necesario este paso, se mezcla sin problemas en el amasado.

Una vez hemos puesto en el bol todos los ingredientes, los mezclamos con una espátula hasta tener una masa más o menos integrada, que volcaremos a la encimera para darle un amasado ligero.

Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas

Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas

La tarta tiene base de masa levada, un poco gordita y tierna, pero no es un bollo, no hace falta amasar como si estuvieras haciendo suizos.

Estiramos la masa en la encimera y forramos con ella un molde bajo para tartas, que previamente habremos embadurnado de mantequilla. El mío es de 28 cm, y me sobró un trozo de masa no muy grande. Dejamos que repose un rato mientras preparamos los demás ingredientes.

[Si te sobra masa, haz un rulo alargado con ella, forma una caracola y deja que leve dentro de un bol pequeño ligeramente aceitado y tapada con un paño de algodón. Puedes hornearla a la vez que la tarta, y tendrás un bollo para el desayuno de mañana. Yo el mío lo pinté con azúcar y anís, y quedó genial]

Relleno

Lavamos bien las ciruelas, y las cortamos en gajos. Es importante que estén más bien duritas, para que no encharquen la tarta en el horno durante la cocción.

Las vamos poniendo en un bol, y espolvoreamos el azúcar sobre ellas. Las dejamos reservadas.

Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas

Streusel

Mezclamos en un robot de cocina todos los ingredientes, y le damos 3 o 4 golpes de turbo para que se forme una especie de arena húmeda. Si no tenemos robot de cocina, ponemos todo en un bol amplio, y con las manos vamos frotando la mezcla hasta que se forme esa misma textura de arena húmeda.

En este último caso, te recomiendo meter la mantequilla en daditos al congelador un rato antes de empezar, facilita muchísimo la tarea. Incluso si ves que se calienta, puedes dejar un rato la mezcla en el congelador, y seguir pasados unos minutos.

Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas

Montaje y horno

Sobre la base de tarta ya forrada, colocamos los gajos de ciruela. Mi consejo es colocarlos hacia arriba y no tumbados, para que la tarta coja algo más de altura y no queden los bordes muy altos sobre el relleno una vez esté cocida. De esta forma queda un poco más equilibrada.

Y espolvoreamos por encima de la fruta todo el streusel.

Horneamos, con el horno precalentado a 250 ºC y después bajado a 180 ºC en el momento de meter la tarta, 25-30 minutos. Es decir, que precalentamos al máximo para garantizar una buena temperatura al abrir la puerta del horno, pero cocemos la tarta a 180 ºC.

A mitad de cocción, si vemos que los bordes van camino de carbonizarse pero el streussel aún no está crujiente, cortamos unas tiras largas de papel aluminio o papel de horno, y las colocamos sobre los bordes solamente, dejando el centro al descubierto. Esto permitirá que se cueza de manera uniforme, pero no se queme, ya que el centro tardará un poco más.

Pflaumenkuchen o tarta alemana de ciruelas


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